enero 19, 2025
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Abr

16 de abril de 1973 | El día en el que Nino Bravo murió

El 16 de abril de 1973 el BMW 2800 que conducía Nino Bravo, con su amigo Pepe Juesas de copiloto y con dos jóvenes músicos llamados Miguel y Fernando en el asiento de atrás, se salió de la carretera N-III a la altura de Villarrubio, en la provincia Cuenca. No les quedaban ni cien kilómetros para llegar Madrid, donde el cantante tenía previsto empezar a trabajar como productor del primer disco de Humo, el dúo que formaban aquellos dos chavales que le acompañaban en su último viaje.

El 3 de agosto de 1973 Nino Bravo habría cumplido 29 años y lo hubiera celebrado en plena gira de verano, la que le consolidaría como uno de los cantantes en español más populares de todo el mundo. Quizá ese día el cantante valenciano hubiera soplado las velas de una torta al acabar alguno de los muchos conciertos que había empezado a programar la primavera anterior, cuando le dijo a sus músicos que aprovecharan para estar con sus novias y esposas “porque después puede que no podáis pasar tanto tiempo con ellas”.
Una vez terminada la gira, Nino hubiera presentado su quinto disco, aquel para el que ya había grabado canciones tan espectaculares como “América, América”, dedicada al continente en el que ya era todo un ídolo y al que pensaba viajar ese mismo año. También planeaba actuaciones por varios países de Europa donde estrenar las versiones en inglés y alemán de sus mayores éxitos, e incluso en Japón, de donde le habían llamado para cantar como estrella invitada del Festival Yamaha Music de Tokio, el Eurovisión de Oriente.
Entre compromiso y compromiso, y entre viaje y viaje, quizá Nino habría tenido tiempo para escuchar las maquetas de jóvenes artistas valencianos cuyas carreras quería impulsar a través de su discográfica Brani, y para ultimar el diseño de esa discoteca retrofuturista cuya decoración se inspiraría en los relatos de Julio Verne, su escritor favorito.
Sí, el del 73 hubiera sido el gran verano en lo artístico y también en lo personal de Manolito, como aún le llamaban sus más íntimos. Su mujer Marie iba a tener a su segunda hija quizá en octubre, quizá en noviembre, una hermanita para la pequeña María Amparo. Y él incluso puede que se hubiera tomado un descanso para disfrutar de su familia en su flamante departamento de la calle Bachiller de València, el que había comprado a finales de 1971 tras su triunfal gira por América. (Víctor Rodríguez)

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