En 1956, el doctor William Masters estaba haciendo descubrimientos impresionantes en el campo de la investigación sexual. Sus estudios sobre la sexualidad femenina demostraban que las mujeres eran menos propensas a tener orgasmos y estaba buscando la razón. Uno de sus estudios consistió en que las mujeres se masturbaran conectadas a ciertos aparatos que registraron pulso, actividad cerebral y más. Una prostituta que entró en la investigación se masturbó y comenzó a gritar, a sudar, sus pupilas se dilataron, y externamente todo indicaba que había alcanzado el orgasmo; pero el doctor se dio cuenta que su actividad cerebral no había cambiado, a lo que ella respondió que así es como sus clientes terminaban más rápido y que en realidad nunca había experimentado un orgasmo verdadero. El portal What the girl, identificó los siguientes puntos como las señales de que una mujer en realidad está experimentando le petite mort: “Se producen unas contracciones focalizadas en la zona genital, acompañadas de una sensación de placer que invade el resto del cuerpo”. “Las contracciones varían en cantidad en número e intensidad, puedes llegar a experimentar un máximo de entre 10 y 15 contracciones”. “Durante el orgasmo se produce un enrojecimiento de la piel por la temperatura corporal, sobre todo en mejillas, senos y abdomen”. “Cuando llegas al clímax, el cuerpo experimenta la llamada “Miotononía” (rigidez de las extremidades) y contracciones musculares”. “Aumenta la presión sanguínea y el ritmo cardíaco. Además, existe una alteración de la respiración”. “Eyaculación: aunque no a todas les pasa, hay mujeres que botan un líquido semiviscoso desde su vagina, a lo que se le conoce como ‘eyaculación femenina’”. Interesantes puntos de vista, pero son señales físicas y nada más porque este tipo de alarmas limita bastante el espectro completo; por eso, la doctora Petra Boyton, sexóloga de cabecera del Telegraph dijo que esos mitos reducen significativamente la realidad, pues el orgasmo femenino es mucho más significativo de lo que creemos. Llegar a la conocida “petite mort” se construye a partir de todo un abanico de posibilidades que verían según las mujeres. Están las que aman el juego previo más que nada, las que necesitan mucha estimulación en el clítoris, a las que basta con la primer penetración para que estén a nada de llegar al clímax y así como se construye el orgasmo es distinto en todas, también lo son las reacciones que delatan la liberación de la tensión sexual. En primer lugar, la mayoría de las investigaciones que demuestran los seis puntos anteriores suelen ser estudios realizados en mujeres jóvenes y heterosexuales; dejando fuera a gran parte de la población por la diferencia en edad, hábitos sexuales y otras cosas. También están las mujeres que pueden experimentar orgasmos sin tener respuestas físicas, quienes no tienen miotononía y no ven su cuerpo sonrojarse al mismo tiempo que el placer se expande por todo su cuerpo. Reducir algo tan misterioso a una serie de respuestas físicas deja fuera las implicaciones que existen incluso a nivel cultural. La forma en que crecemos determina mucho más de lo que pensamos nuestro comportamiento sexual. Gritar durante el sexo es común, pero muchas mujeres no lo hacen por alguna cuestión social, al mismo tiempo esos gritos o gemidos estimulados por la penetración o algo más son signos de placer y muchas personas creen que es necesario que al llegar al orgasmo, eso sonidos se eleven hasta llegar a un punto máximo que mimetice la experiencia sexual. Tal vez esto delata a ciertas personas, pero definitivamente no a todas. La respuesta acerca del orgasmo femenino se revela en las ondas cerebrales, así que si no eres un médico investigando o no tienes complejos aparatos en casa para descubrirlo, la verdad es un poco inaccesible. La doctora Boyton recalca una idea muy interesante que muestra la importancia que muchos hombres le dan a saber si su pareja terminó: son personas que no quieren saber acerca del bienestar de su pareja, no están buscando que llegue al clímax por el bienestar de ella, sino para probar que son buenos en la cama. Un tema que no importa cuantas veces se resuelva siempre mantendrá la llama de la polémica encendida. Sí, hay señales físicas que delatan el orgasmo femenino y sí, puede ser bastante inexacto. El misterio del sexo puede ser bastante ameno mientras cada persona se enfoqué en el placer, no el suyo sino el de la otra persona, pues creando una relación mucho más intima que se aleja de la búsqueda de placer personal es una de las grandes soluciones a la inseguridad, cuestionamientos orgásmicos y problema del mal sexo.
6 señales para saber que ella no está fingiendo un orgasmo
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