Por JOSE CANCINO N.
Lucho Gatica es el producto musical de mayor exportación de Chile. Luis Enrique Gatica Silva nació en la ciudad de Rancagua (80 kilómetros al sur de Santiago de Chile) en 1928. De origen humilde el “Pitico” logró lo que los argentinos llaman el “sueño del pibe”, al convertirse en uno de los cantantes de boleros más famosos del mundo.
En 1952 graba junto a la orquesta de Roberto Inglés la canción “Las muchachas de la Plaza España”, que convierte en un éxito que le abre las puertas al continente americano.
En medio de la fama se casa con Mapita Cortés, actriz portorriqueña afincada en México. Filma películas y se codea con lo más granado del mundo de la música y grandes figuras políticas de los años 60.
Lucho Gatica carga con un pesado carro de la indiferencia de su Chile, donde en los últimos años las nuevas y antiguas generaciones están descubriendo el valor artístico de “Pitico”. Quizás su relación con algunos de sus compatriotas no sea la mejor.
Raúl Tarud en su libro “Historia de Vida”, dedica un capítulo completo a su relación con Lucho Gatica:
“A Lucho Gatica le ha ido bien en la vida con su estilo british. Se priva de emitir juicios mordaces delante de las personas a las que descalifica en privado”.
En ese pasaje Tarud, recueda que Pitico no era allendista, pero cuando el “Chicho” visitó México lo saludó con afecto.
Este no es el único juicio que tienen algunos chilenos de Gatica, sin embargo es mejor quedarnos con sus canciones. Hoy, sin la gran voz de los años 50, Lucho Gatica sigue recibiendo premios y reconocimientos.
“La Barca”, bolero del mexicano Roberto Cantoral, grabado en 1955 fue uno de los primeros éxitos, y tiene el sonido y el sabor de las grabaciones de esos años.