Ese día del plebiscito en Iquique la mayoría de la prensa iquiqueña era pro dictadura, donde los espacios para la oposición eran muy pocos, donde cada acto o manifestación de criminalizaba con frases como “desmanes”, “desordenes” y “caos”.
Los días previos había titulares como “cada acto con desmanes trae más adherentes y apoyo al Sí”, declaraba al diario El Pampino

el presidente de Renovación Nacional, Mariano Correa.
Por otro lado, la oposición tenía poca prensa y se anunciaba en breves espacios sobre conformación de comandos de apoyo al “No”. Salvo radio Iquique, la Concertación no tenía muchos canales de difusión.
Los resultados de esa jornada de Iquique glorioso fue un triunfo de la opción “No” con un 52,4%, mientras el “SI” obtenía una 44,9%.
Esa noche a 1800 kilómetros, en La Moneda, Augusto Pinochet preguntó a sus cercanos cómo le fue en la votación en Iquique.
“En medio de tensión del momento Pinochet ingresa a la oficina del subsecretario del Interior, Alberto Cardemil, encargado de dar a conocer los cómputos de referéndum y le pregunta: “… ‘Oiga -me dijo- y en Iquique… ¿también perdimos?’… Sí -le dije- Presidente, también perdimos, y perdimos exactamente por el mismo porcentaje que en Santiago… ‘Por Dios -me dijo-, por Dios”.
