Por PBJ
Nanita es una joven de 19 años recién cumplidos, llegó al árido desierto nortino desde el puerto de Valparaíso, y en su vientre venía Trinidad con algunos meses de gestación. Llegó cargada de sueños, de ilusiones a esperar junto a su madre y su hermana el nacimiento de su bebé.
Todo era tranquilidad, armonía
Jacky y Violeta, su madre y su hermana comenzaron a vivir en función de esta dulce espera.
El vientre de Nanita fue creciendo, Trinidad comenzó a moverse y en cada movimiento, encantaba a su madre a su pequeña tía y a su abuela. Pasaron los días , los meses, hasta llegar a las 40 semanas y cinco días . Era el tiempo de nacer para Trinidad.
Comenzaron las contracciones los dolores y por ende las respectivas idas al Sapu de Pozo Almonte para recibir atención médica. Estas visitas se repitieron en 6 oportunidades , y no hubo una hospitalización oportuna a pesar de que Nanita era una joven , primeriza de alto riesgo .
Finalmente, el día viernes 4 de agosto fue trasladada al Hospital Regional de Iquique, donde le informan que el corazón de Trinidad ya no latía.
Durante 11 horas dejaron que Nanita estuviera con su hija muerta en su vientre. esperando un parto espontáneo, aplicaron fórceps y todas las técnicas para provocar el parto de la fallecida Trinidad, hasta que finalmente optaron hacerle una cesárea.
Yo me pregunto quién asume la responsabilidad de la muerte de Trinidad, quién consolará a Nanita … quién ayudará a Jacky a soportar el dolor propio y el de sus hijas …
Hoy en las redes sociales el caso se ha hecho viral. ¿Qué respuesta habrá para esta niña de 19 años que esperó 40 semanas y 5 días para tener entre sus brazos a su hija?
Desde estas palabras , desde mi rabia, desde mi impotencia y desde mi solidaridad, llamo a las autoridades de salud a dar la cara y explicar por qué Trinidad tuvo que morir por una deficiente atención médica …
También desde mi trinchera quiero abrazar a Jack y a Nanita y decirles que hoy tienen una razón más para luchar y conseguir que el nombre de Trinidad nunca se olvide, ya que es una víctima de la negligencia y la inoperancia del sistema de salud pública que hoy tenemos los chilenos.