Un hombre piensa que es más hombre por haber estado con varias mujeres, sin embargo, el verdadero valor del hombre se mide por saber mantener enamorada a la misma mujer durante toda la vida.
Pero ¿Qué sucede cuando antes fue tu amante? Es normal que desconfíes de tu pareja si en algún tiempo atrás fue tu amante, ya que sabes que estando contigo engañaba a su esposa.
Ya tenía dueña y le fue infiel por estar contigo, eso significa que tú también corres ese riesgo. Entonces ¿cómo se puede esperar fidelidad de una persona así?.
El amor es algo que normalmente a las mujeres nos vuelve ciegas, ilusas, nos enamoramos tanto que pensamos solamente en la persona que tenemos en frente.
A veces hasta sucede lo inesperado, nos enamoramos de hombres que ya están casados, hombres que tienen dueña y a quienes se han entregado por completo, pero ahora aseguran amarnos a nosotras.
No nos queda otro camino que creer, es por eso que nos aferramos a ese sentimiento de amor que tenemos hacia ellos, tratamos de justificar la veracidad de ese sentimiento y nos creemos dueñas completas del hombre, tanto de su cuerpo como de sus sentimientos.
Ante esto hay que tener bien claro que él ya escogió a la persona con quien pasar sus mejores ratos, alguien con quien compartir su vida, y por más caballerosidad o atención que te demuestre, estarás en la relación extramatrimonial y las mujeres que se encuentren en esas condiciones, siempre serán “las otras”.
Entre las mujeres amantes existen las que no se enamoran ni toleran que el hombre lo haga, otras, por su parte se enamoran completamente, así que no hay motivos para ser tan duras con ellas.
Las amantes que se enamoran verdaderamente también son víctimas del proceso, por eso, se puede decir que ninguna de las mujeres se puede considerar en un 100% dueña de un hombre, pues ambas lo comparten. Muchas veces el hombre tiende a buscar “aire nuevo” por lo que su pareja sabe perfectamente cuándo él está con otra, como dice el dicho: La intuición de la mujer es más precisa que la certeza del hombre.
Por eso, cuando un hombre se encuentra con otra mujer, su pareja lo nota perfectamente, comienza a notar cosas extrañas en su comportamiento, pues digamos que se siente más poderoso por tener a dos mujeres para sí al mismo tiempo. Su ego sube cada vez más, mientras que para los ojos de su esposa no hace más que hundirse.
Si eres amante, pues eres “la otra”
Ni más ni menos, si eres la amante en la relación, adivina qué…eres “la otra”. Ese término aunque no suene muy lindo es algo que se ajusta al papel que desempeñas en la relación, ya que no eres la persona dueña de su vida, no eres la madre de sus hijos, tampoco a quien prometió fidelidad en público, no eres con quien comparte sus miserias, ni tampoco la que conoce sus miedos.
En cambio la esposa sí conoce todo eso. Muchas veces las amantes los creen perfectos, incluso desearían ser ellas quienes estuvieran casadas con él para que todo fuera mejor para los dos.
Muchas veces no todo lo que brilla es oro, a veces los hombres actúan en su afán de impresionar a la amante, pero la realidad es algo diferente.
Ellos no son tan perfectos como se muestran en sus ratos con las amantes, la mayoría de ellos son totalmente dependientes, sin su esposa quedan desamparados, desprotegidos y desorientados.El hombre, por naturaleza siempre busca a alguien que esté disponible, por esa razón nunca pienses que serás la última en caso de que seas la amante.
Tanto mujeres como hombres son propensos a demostrar debilidad al momento de cometer un pecado carnal, la única diferencia es que las personas de sexo masculino caen más fácilmente en esa tentación, tienen menos problemas en dejarse llevar hacia todo lo que va en contra de cuanto juró y terminar en los brazos de otra mujer.
Nunca creas que tú eres la excepción, su carácter débil puede terminar por convertirlo en una persona infiel ante ti. El hombre que se acostumbra a engañar, engaña con normalidad y cada vez hasta con más eficacia, conoce ciertos secretos para echar a cualquier mujer que él decida.
Por otro lado, cuando ambos amantes son casados la cosa se complica mucho más e incluso la angustia es mucho mayor. El primer problema con el que tropiezan es el tema de los horarios, cómo verse, en dónde, que la infidelidad no se note, hacer que parezca que todo sigue un curso normal.
En este sentido los hombres tienen una salida más fácil que las mujeres, pues no tienen que realizar mucho las tareas del hogar o atender a los niños, etc., lo que indica que tienen menos problemas para salir de casa inventando cualquier excusa.
Nunca ha sido elegante tener una amante, muchas se prestan en ser “la otra” para destruir una relación y otras sin saber siquiera que son víctimas de engaño, así que antes de juzgar hay que conocer bien la situación.
No puedes pedir fidelidad a un amante, ya que al momento de dejarte va junto a su esposa a refugiarse.
No puedes pedir a tu amante que esté contigo las 24 hs, ya que él tiene una vida que comparte con otra persona.
No puedes pedir a tu amante que pase contigo las fechas especiales, él tiene un hogar donde debe pasar y estará allí.
No puedes pedir a tu amante que te saque a recorrer lugares, a cenar o a mostrarse contigo, eso es algo muy peligroso.
No puedes pedir a tu amante que no tenga otra amante, ya que tú haces la misma cosa.
No puedes pedirle que se quede en tu casa a dormir o a pasar la noche contigo en algún lugar, él tiene su hogar y debe volver.
Si eres “la otra” ten bien en claro una cosa, no puedes exigir nada a tu favor, simplemente conformarte y nada más. Cuando empieces a pedir más de lo que debes y las cosas se compliquen contigo, te cambiará por otra.
Así que mejor evítate estar en segundo lugar en la vida de alguien. Una persona que engaña a su esposa difícilmente te sea fiel a ti cuando te toque ser “la titular”. Busca alguien libre, una persona con quien construir algo en vez de vivir de ilusiones, que no te llevarán a ningún lugar.