EL SOL DE IQUIQUE
El anuncio de la expulsión de extranjeros que se realizará este miércoles desde Iquique a Colombia y Venezuela, más parece un saludo a la bandera, que resolver un problema humanitario a miles de ciudadanos venezolanos que ingresaron por pasos no regulares a Chile.
Estado llegó tarde a asumir la llegada de extranjeros como un problema de refugiados. Más que un tema policial, es humanitario y que se debe abordar con el apoyo a las familias que recorrieron miles de kilómetros y cinco puntos fronterizos para llegar a Chile.
La expulsión programada para las siete de la mañana de este miércoles, contará con la presencia de los ministros del Interior y Seguridad Pública, Rodrigo Delgado, de Defensa Nacional, Baldo Prokurica, y de Relaciones Exteriores, Andrés Allamand desde la Base Aérea de la FACH.
Esta acción más parece una puesta en escena, ya que su trámite no dista de otras expulsiones normales de extranjeros que han delinquido en el país.
Cada tanto se hace por Colchane, la expulsión de ciudadanos bolivianos que han estado en recinto penales y que son enviados a su país, con la idea que no vuelvan a Chile durante varios años. Lo mismo pasa en la frontera con Perú.
También, vía aérea se han expulsado, a otras naciones, ciudadanos que han cometido delitos en Chile y que purgaban condenas en cárceles del país.
Entonces, esta acción del miércoles ¿es eso? Una expulsión normal, que se les da tintes de inicio de una probable solución a la crisis migratoria que vive la región.
“Se trata de extranjeros que cometieron diversos delitos en Chile y que en su gran mayoría ingresaron de manera clandestina por pasos no habilitados al país”, indica la información de la pauta de prensa.
Acá hay otra dificultad que se tiene que abordar con responsabilidad, como es acoger a los migrantes, brindar apoyo humanitario y de una forma desincentivar que sigan llegando más ciudadanos extranjeros por las condiciones económicas y de pandemia que vive nuestro país.
Esta primera expulsión, seguro que será mediática, puede ser una forma que el Gobierno no quiere reconocer que todavía no hay plan para recibir refugiados, además que la llegada de cientos de ciudadanos dista mucho de tener una solución humanitaria.
Alberto Toledo garcia
humillante el operativo que hicieron, podrian haberlos cobijado por un tiempo.
Porque no cierran sus fronteras o tienen un mejor control.