Un estudio reveló que las personas con inclinaciones religiosas más fuertes, son quienes tienen mayor tendencia a desarrollar adición al porno. Entre más creyentes más adictos El estudio, retomado por el sitio estadounidense LivesScience, realizó una comparación entre aquellas personas que se dicen poco creyentes con gente que se identifica a sí misma como muy religiosa. La conclusión fue sorprendente, sin importar la cantidad de porno que consumen, aquellos que se dicen tener fuerte tendencia teológica son quienes tienen más problemas para controlar su gusto por la pornografía. «Es sorprendente que el tiempo dedicado a ver pornografía no afectó la percepción de las personas sobre su adicción, pero sí las fuertes creencias morales», explicó Joshua Grubbs, quien encabezó la investigación titulada «Cuestionario sexual: mitos, tabúes y hechos bizarros. ¿Por qué genera culpa el porno? Una de las hipótesis fundamentales del estudio fue si la pornografía genera un desorden psicológico conocido como hipersexualidad o adicción al sexo. ¿Qué tan sano puede ser la abundancia de material XXX que se puede ver de forma gratuita en internet? Fue así como Grubbs decidió investigar este tema, luego de que se dio cuenta de que existen más de 1.200 libros sobre adicción sexual y que este desorden no se encuentra aceptado dentro del manual de desórdenes mentales de la asociación de psicólogos estadounidenses. Además, otro factor llamó su atención. ¿Por qué muchos de sus compañeros de universidad se sentían mal consigo mismos tras observar pornografía en internet? Los más religiosos se sienten peor En la encuesta de Grubbs participaron 331 casos, 97 estudiantes universitarios y el resto contactados a través de internet. Todos habían visto porno por lo menos alguna vez en los últimos seis meses. En cuanto a datos demográficos, la mayoría eran católicos o cristianos, heterosexuales, de raza blanca. Solo un 32% no eran practicantes de alguna religión. Entre las conclusiones de esta encuesta se detectó que los sentimientos o la percepción de adicción pueden ser vistos como la interpretación patológica del individuo religioso, el cual considera la pornografía como una profanación de la pureza sexual. Por otro lado, la compañía Homegrown Video, especializada en material pornográfico, confirmó la teoría de Grubbs. Y es que, según dijeron ejecutivos de esta compañía, la mayoría de las parejas que envían cintas porno para conseguir trabajo, provienen de los estados que en Estados Unidos se conoce como «cinturón bíblico». Es decir, aquellos donde existe una mayor euforia religiosa como por ejemplo Florida, Texas, Carolina del Norte, Giorgia, Louisiana y Kentucky. Con su investigación Grubbs asegura que se podrá ayudar al individuo a entender qué es lo que lo lleva a tener esta percepción sobre la pornografía. Además, será una herramienta para los terapistas porque, por primera vez, se establece una relación directa entre las creencias religiosas como un factor mucho más preponderante que el simple hábito de consumir mucho o poco este tipo de material.