NELSON MONDACA I.
El pasado domingo 13 de junio, se eligieron en 13 regiones del país a los Gobernadores. En nuestra región como ya sabemos ganó la joven figura política, José Miguel Carvajal. Qué bueno que la clase política se renueve con gente que tiene experiencia en el manejo administrativo público y sobradamente en el dominio de lo que son los Cores (Consejo Regional).
Al paso, seré muy sincero. Es mi punto de vista, soy receloso de los locutores radiales que utilizan sus matinales para descalificar, a quienes tienen una opción política diferente y/o partidaria distinta a la de él. Nadie discute que son profesionales destacados y de voces privilegiadas. Otra cosa es la cuestión política y está bien tener una opinión ciudadana. Lo más sano es que esta parte, la política y sus análisis hay que dejársela a los mismos presidentes de partidos y personajes públicos que giran alrededor de ella, la política. De este modo, se tiene más amplitud de opinión versada y pluralista, transversal, la radio emisora mantiene su independencia y gana más audiencia fiel. Salvo que, los propietarios de la radio sean militantes de partidos, por lo tanto, se convierta en un medio de comunicación de propagación de ideales políticos afines a sus dueños. En tal caso, me cambio de dial. Al respeto estoy abierto al dialogo y al que le “caiga el sayo que se lo ponga”. Después de todo, resulta bueno reflexionar y corregir.
Ahora, en un análisis más tranquilo del porque no fue tanta gente a votar, hay que tener en cuenta varios factores. Primero: es que no se trató de un problema local o regional. Tal situación se constata a nivel nacional. Viajemos con las cifras por el Norte Grande. La región de Antofagasta fue la que arrojó la mayor ausencia de electores con 12,21% que corresponde a 58.716 votantes. Mientras que en nuestra región de Tarapacá fue de un 13.52% con un total de 35.085 votantes. Para terminar con estas bajas cifras electorales, en Arica y Parinacota, con un 18,78%; así votaron 35.974 personas.
Estos datos estadísticos confirman un verdadero desastre electoral. Por añadidura son legítimos los resultados y por ende nuestras autoridades, los Gobernadores, electos. Claro que sí son autoridades legítimas. Con baja participación, tremenda verdad. Son legítimas porque no existe ninguna norma legal y constitucional que impida asumir sus funciones a ciertas autoridades que no alcanzan un determinado porcentaje del padrón electoral. Nada que discutir.
Además, esta vez, en 13 regiones de Chile, se cumplía la segunda vuelta, conocido como el balotaje, porque en la primera elección no alcanzaron las mayorías estipuladas por ley por sobre el 40%. En concreto, ahora ganaron los candidatos que sacaron las primeras mayorías, sin importar el número de votantes que sufragaran. Una metáfora; lo que pasa con el fútbol en pandemia, no importan si hay hinchas y público en el estadio, juegan 11 jugadores y gana el que mete más goles. Esto es lo mismo que ha ocurrido en estas votaciones de Gobernadores. De 13 regiones la derecha ganó 1. También, es otro desastre que se suma a los Constituyentes.
Otro factor muy importante para tener en cuenta en la baja votación. Es la poca educación cívica que la ciudadanía tenía o bien tiene de este nuevo cargo en la administración pública. Me tomé el tiempo para consultar a personas de diversos niveles de educación, sobre lo que significa el cargo de Gobernador, nadie, pero nadie, me entrego una respuesta más o menos correcta. La mayoría se confundía con el actual Gobernador de Iquique. Más claro echarle agua. De de esta manera, es fácil concluir que en la elección del 15/16 de mayo pasado, la votación fue más alta, simplemente, ´porque concurrieron a votar por sus candidatos para Alcalde, Concejales y Constituyentes. Aprovechando esa oportunidad votaron por el Gobernador de su preferencia. En esta ocasión sólo se votaba por Gobernador quienes tenían mayor información sobre este nuevo cargo. Es decir, la vez anterior existía una motivación extra para concurrir a los lugares de votación, esta vez no.
A propósito, según mi juicio, los parlamentarios, sean de color que sean, que impulsan “el voto obligatorio” deberían preocuparse por redactar un proyecto de ley para eliminar el cargo de “Delegado Presidencial”. No es posible aceptar irresponsabilidades y entregar facultades a medias. Cuando se habla de la “Descentralización”, no es para sacar aplausos fáciles e implementar un populismo vergonzoso. De este modo, tendremos Gobernadores divididos entre Regionalismo y el poder del Centralismo.
De verdad, con este cargo de “Delegado Presidencial” nos meten el dedo en el ojo, toda vez, que el gobierno de turno seguirá implementando sus políticas centralistas desde la Moneda. Creen que somos estúpidos y caídos del catre. Es la primera vez que se elige esta autoridad de Gobernador, que reemplaza a la figura del Intendente. Entonces, engañan al país y se engaña a la opinión pública internacional, en cuánto estaríamos avanzando en democracia y descentralizando el poder político.
Otro factor a considerar en la baja participación electoral, con voto voluntario, se debe a la pandemia del Covid-19. Es difícil cuantificar su grado de incidencia en la abstención y que desanima a la gente a cumplir este deber cívico. No se puede negar que este factor tuvo su grado de influencia en la baja participación electoral.
Finalmente, otro factor no menor que influyó en estas elecciones, es el desapego que tiene la ciudadanía con la clase política. No se siente identificada con la gran mayoría de nuestros políticos tradicionales, salvo con aquellos que mantienen vigentes sus principios de una sociedad más igualitaria, justa, solidaria y desarrollada.