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27
May
Administrador
Judy Dater: la fotógrafa que conjuga el verbo amar
La obra de la artista Judy Dater nos enamora por su naturalidad, intensidad y honestidad. Un trabajo comprometido basado en la figura humana y el retrato, con varias décadas de imágenes a sus espaldas.
El encuentro de la venerable Imogen Cunningham y la ninfa Twinka Thiebaud en los bosques dorados de Yosemite es una de esas fotos que nadie olvida. Está tomada en 1974, cuando Cunningham —una de las primeras mujeres en ejercer la fotografía en los EE UU— tenía 91 años y seguía haciendo fotos con desparpajo (moriría a los 93, con la cámara puesta) y Thiebaud, de 29 años, era una modelo de alto caché pero también con cerebro —pocos años después inició una larga convivencia con el ya casi anciano novelista Henry Miller, quien en una de sus más felices sentencias dijo: “No tengo dinero, ni recursos, ni esperanzas. Soy el hombre más feliz del mundo”—.
La foto fue tomada en algún momento de 1974 por Judy Dater. Dos años más tarde se convertiría en el primer desnudo frontal de un adulto publicado en la revista Life, donde el vello púbico asustaba más que el comunismo. La imagen es un homenaje a Cunningham —para quien Dater, en sus años de estudiante, había posado desnuda—, la deslenguada y libérrima mujer que al ser invitada a hacer fotos a las superestrellas de Hollywood y preguntada a quién preferiría retratar contestó: “A hombres feos”.
«Los desinhibidos retratos del cuerpo femenino de Dater, rompen con la aculturada y socialmente construida insatisfacción de la mujer consigo misma. Estaba en sincronía, en su época, con los míticos rituales corporales de las performances del feminismo temprano. De hecho, ella veía la fotografía como una suerte de performance, manipulando los elementos y la composición en la construcción de una narrativa.
Sus provocativos retratos se sitúan entre las evocaciones de las trampas sociales de Annie Leibovitz y la perforación directa de los sustratos de la sociedad de Diane Arbus. Dater examina cómo nos definimos a nosotros mismos a través de roles sociales, arrancando las personalidades de sus sujetos de los ropajes y entornos en los cuales están posando.» Texto de Elenore Welles
«Lo que sé es que para mí, cuando estoy fotografiando gente, hombre o mujer, desnudo o vestido, lo que más me interesa cuando escojo a alguien para fotografiar es… no sé, la energía que tienen. Esas cosas interesantes, peculiares de lo que son, que están proyectando, y esto lo he dicho un millón de veces. En realidad me siento como un director de casting, buscando mi reparto de personajes. Como un casting para una película. Tú no tienes una película con nada más que actores masculinos y femeninos. Generalmente hay de los dos, y creo que aquellos a quienes eliges o seleccionas, es completamente, totalmente pertinente para lo que estás intentando contar. Y es como Fellini. Es decir, tiene un reparto potente. Siento que están completamente conectados con la película de alguna manera.» –Judy Dater