En Chile hay 25 millones de celulares, lo que significa que cada chilena y chileno posee un aparato y medio (sentido figurado). La conectividad de la segunda década del siglo XXI es total, donde no puedes aislarte.
En el año 2000 tener un celular no era barato, en esos años se cobraba por llamado realizado (200 pesos el minuto) y recibido (100 pesos el minuto).
Pero vamos más atrás en la historia, a principios de los noventas las compañías telefónicas competían por brindar servicios y ganara clientes. Las principales calles de las ciudades tenían cada cuadra un teléfono público, que se pagaba con monedas o tarjeta ‘prepago’. Un servicio muy útil, ya que además podía llamar con cobro revertido, es decir que paga quien recibía la llamada.
Sin embargo, en 20 años, cada chileno y chilena tiene un celular y los antiguos teléfonos públicos se han convertido en aparatos abandonado, vandalizados y es raro ver a alguien que utilice uno de ellos.
Sería mejor convertirlos en museo de sitio de las comunicaciones de los años 90.