NELSON MONDACA I.
En esta semana, hubo noticias que remecieron el acontecer de nuestro diario vivir. Al respecto, no puedo pasar por alto la horrorosa agresión de la Diputada María Luisa Cordero en contra de la Senadora, Fabiola Campillai Rojas. Sus palabras no solamente se ganó el repudio de los Congresistas en forma transversal, a la vez, el de todos los chilenos/as. ¿Hasta cuándo debemos soportar esta gravísima falta a la ética de un parlamentario/a y siga impunemente en su honorable cargo público?
Creo que ella debería voluntariamente renunciar, a menos que presente certificados médicos que respalden sus difamaciones. Sean los Tribunales de Justicia quienes deberían condenarla por graves ofensas y perjuicios a la honra de las personas, especialmente, por inducir al dolor psíquico y físico de una persona no vidente.
Por otra parte, la Cámara de Diputados rechazó el autopréstamo de las AFP’s. Esta es una materia muy sensible. Como ya sabemos la línea del Ministro de Hacienda es contraria a éstos. Lo hizo cuando cuándo fue Presidente del Banco Central. El pueblo en general tiene otra opinión. Los dineros de estos ahorros previsionales, son propiedad del mundo del trabajo. No pertenecen ni a los parlamentarios, ni al gobierno de turno, ni mucho menos a las AFP’s.
Entonces, cuando la clase política se niega a estos retiros parciales, lo que hacen, es defender a quienes en forma abusiva y descarada mantienen confiscada la administración de estos fondos. Para el colmo, las AFP’s, otorgan pensiones miserables y que no cumplen los objetivos legales que le dieron forma. Desde mi perspectiva, se vulneran las enmiendas de garantías de derechos Constitucionales. Las Centrales de Trabajadores/as debieran tomar la vanguardia en este sentido. ¿Cómo una Rama del Congreso, trata en sala estos delicados asuntos sin la presencia y la opinión de los trabajadores? Sí no hay participación de los rabajadores/as, porque discriminan y se arrogan una soberanía que no tienen, Acaso, la democracia representativa funciona solamente a favor de las oligarquías empresariales, donde la “democracia representativa” funciona solamente a favor de los grupos económicos que están en la administración de las AFP`s.
Cuándo se niega el derecho del autopréstamo previsional, quiere decir, que se ampara los robos con las famosas “pérdidas” financieras, dónde no existe ninguna clase de rigurosa supervisión de este sistema privatizado. No pagan pensiones de invalidez cuando un trabajador/ra contrae una enfermedad de gravedad y terminal.
Creo en mi fuero interior, si la soberanía de la nación, recae en el pueblo, es de perogrullo, convocarlo para que se pronuncie sobre el futuro de las AFP’s y a cuál sistema previsional se adhiere. Estamos próximos a las elecciones de Consejeros Constituyentes, podemos aprovechar esta oportunidad para consultar sobre esta importante materia y como dice un viejo refrán popular “matar dos pájaros de un tiro”.
La otra inquietud que me preocupa tiene que ver con el mismo futuro de nuestro país. Los vientos políticos de Chile, presagian terribles tormentas sociales. Un malestar general contra la clase política. Los Delegados presidenciales, se han convertido en un eslabón más de la vieja política. Actuaciones de por sí indignantes. Otros actores de la administración del Estado, son verdaderos burócratas ultraneoliberales. La pérdida de credibilidad hacía varias personas políticas e instituciones públicas y de grandes fraudes económicos de empresas, son indicadores que nos tienen al borde de un accionar inimaginable de fuego, sangre y violencia en todo sentido.
La pobreza y el desempleo campean. Los ricos son más ricos. La especulación y la falta de regulaciones económicas, nos hacen pensar que estamos en tierra de los tiempos de la Colonia. Vivimos en dos Chiles. La promesa de la descentralización es letra muerta. Somos esclavos y prisioneros del poder económico y político del Centralismo.
Ya se cumplió un año del Gobierno del Presidente, Gabriel Boric. Esto de los bonos me tienen “chato” y nos marean con datos que envenenan la mente. Lo cierto, es que ahora tenemos un sueldo mínimo de $ 410.000. También, reconocer el avance de las 40 horas semanales de trabajo. Pero, seguimos en la onda de los Bonos. Que éste se reemplaza por otro nuevo, de paso “poco o nada sirve”. Sí vamos a avanzar en democratizar al país, que sea con la verdad en la mano y en nuestros corazones. En pocas palabras, que sea la misma gente quienes valoren la marcha de nuestra economía, mejorando nuestra calidad de vida… Basta de discursos, llegó la hora de la acción. Es hora de concretar las promesas de campaña.