Cada vez que se produce un temblor surgen muchas preguntas en torno a dicho movimiento telúrico. Esto hace aparecer mucha información y diferentes valores: unos hablan de la magnitud y otros de la intensidad. ¿A qué se refiere cada uno?
Técnicamente, todos los sismos son terremotos. La palabra proviene del latín “terraemōtus”, a partir de terra, «tierrar», y motus, «movimiento», por lo tanto, cualquier movimiento de tierra representa un terremoto. Sin embargo, Chile es el único país que diferencia estos fenómenos de acuerdo a su magnitud o intensidad.
La directora del Observatorio en Gestión de Riesgos de Desastres, Fabiola Barrenechea, explica que cuando hablamos de Magnitud, según el Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile, nos referimos a una medida que tiene relación con la cantidad de energía liberada en forma de ondas y se mide a través de la Escala de Richter.
La académica sostiene que: “Se mide en una escala logarítmica, de tal forma que, cada unidad de magnitud corresponde a un incremento de raíz cuadrada de 1000, o bien, de aproximadamente 32 veces la energía liberada. Es decir, un sismo de magnitud 8.0 es 32 veces más grande que uno de magnitud 7.0; 1000 veces más grande que uno de magnitud 6.0; 32.000 veces más grande que uno de magnitud 5.0, y así sucesivamente”.
Cuando se habla de Intensidad, se refiere a la percepción que las personas tuvieron del sismo y se relaciona con los impactos producidos en las estructuras, los animales y el medio ambiente. Barrenechea recalca que esto se mide con la Escala de Mercalli, que consta de 12 grados medidos en números romanos desde el I al XII. El grado IV corresponde a que los objetos oscilan libremente y se dejan oír las vibraciones de vajilla, puertas y ventanas. La intensidad grado VII corresponde a que los objetos se estremecen y las personas experimentan dificultades para mantenerse en pie. Cuando se habla de intensidad XII, se refiere a destrucción total. El terremoto de 1960 alcanzó una Intensidad grado X – XII.
Según Fabiola, el hecho de que en Chile se diferencien los “sismos” de los “terremotos” se debe a que “estamos acostumbrados a sentir este tipo de fenómenos, por lo que un sismo de magnitud 6.0 o intensidad V no nos genera mayor impacto, es decir, no se registran daños en infraestructura, ni a las personas o el medio ambiente. A diferencia de otros países donde el mismo sismo magnitud 6.0 es catalogado como terremoto por el daño que ocasiona”, dice la experta.
En cuanto a las construcciones, estas son sismo-resistentes, por lo mismo, se han convertido en un referente mundial. “Resulta importante aclarar que una construcción sismo-resistente no quiere decir que no va a sufrir daños, sino más bien que está construida para soportar sismos con magnitudes superiores a 9.0, de tal manera que las personas alcancen a evacuar antes del colapso de la estructura. Una vez finalizado el terremoto, se debe evacuar inmediatamente”, señala la académica.