Como cada año tras finalizar agosto, los parroquianos del Bar Curupucho se reúnen para celebrar haber pasado el difícil mes del año, donde algunos veteranos se van al lado del Pulento.
El pasado viernes, bajo la atenta mirada del mandamás del bar, Alfonso Dastres un grupo reducido de clientes, por las normas sanitarias por el maldito Covid, disfrutaron de un ‘platito’ sorpresa para chuparse los bigotes.
Felicitaciones parroquianas y parroquianos por otro año más para saciar la sed y conversar de todo, política, religión o futbol.