El mandatario quería poner a su hermano como embajador y le salió el tiro por la culata.
Hace unos días el presidente Sebastián Piñera decidió mandar a su hermano Pablo como embajador allende los Andes, a Argentina. Pero comenzaron las críticas ante un claro caso de nepotismo (término que se refiere a cuando se le otorga un cargo o empleo público a familiares y amigos sólo por el hecho de serlo, sin tener en cuenta otros méritos).
El bloque derechista saltó a prestarle todo el clóset. Pero ante las recriminaciones al parecer el Presi echó marcha atrás, ya que la Contraloría de la República confirmó que no ha entrado todavía el decreto para designar a Pablo Piñera como embajador ante Argentina.
Un grupo de parlamentarios pidió al ente fiscalizador que se haga cargo de crear un dictamen para fijar jurisprudencia y así frenar los nombramientos de familiares en cargos de confianza del Presi.
«Nosotros no pedimos que se rechace la toma de razón de un acto administrativo que no existe, sino que se le solicitó al contralor que dictamine una interpretación de la ley. Ahora el Gobierno también está esperando esa interpretación. Una vez que el contralor ejerza su potestad dictaminante, recién vamos a saber qué es lo que puede pasar. Puede ser mañana, en seis meses o un año. Va a depender del tiempo que se tome la Contraloría», aseguró el abogado Gabriel Osorio, quien presentó la denuncia de los diputados del PS Leonardo Soto y los PC Daniel Núñez y Boris Barrera.