Antes de entrar en materia. Han terminado las elecciones. En las principales comunas de nuestra región de Tarapacá se repiten el plato las mismas autoridades del gobierno municipal y regional. La alegría se hizo presente. Las celebraciones improvisadas se extendieron por largas horas de la noche. La Plaza Prat fue el punto de encuentro para la algarabía, la música y los abrazos de felicidad. Son momentos de encuentro familiar, de amistad cívica y de explosión democrática emocional ciudadana. Los triunfos se celebran y las derrotas hay que soportarlas o llorarlas.
Para dar vuelta la página. Primero decir, que la gran mayoría de los votantes no vota por los partidos políticos. Es decir, en el voto, el ciudadano/na no busca el “partido político” para emitir su sufragio; busca el nombre y lo marca. Segundo, la ciudadanía espera que sus autoridades pongan todo el “power” mejorando su eficiencia y rendimientos en favor de la ciudad y comunas.
Ahora entraré a un camino peligroso, lleno de intrigas, cinismo, demagogia y de maldad. El poder político concentrado en Santiago. La Cámara de Diputados. Uno de los más altos valores de nuestra democracia ¿En que se está convirtiendo? Pues a saber, están “chacreando” las Acusaciones Constitucionales. Así se desprende de ver las últimas desafortunadas votaciones del Parlamento.
Por ejemplo, en una misma Acusación Constitucional (AC), enjuiciaron a dos personas del poder Judicial, por causales y temas totalmente diferentes, constituyendo una aberración jurídica más grande que se haya tenido conocimiento en la historia de nuestra República. ¿Me equivoco? Sin embargo, esta Acusación Constitucional prosperó y tuvo éxito final, especialmente, por tratarse de un error tan grave y absurdo. Los parlamentarios que aprobaron la AC no tienen ninguna clase de moral y decencia política. Más encima una mayoría de diputados/as, contra la razón y sano procedimiento hace un juicio injusto, incorrecto, equivocado y cargado de una burda maniobra de la derecha.
Huelgan los comentarios de los profesionales entendidos en esta materia jurídica. Manipularon el poder político y la maniobra de la AC, era pasarle la cuenta al Ministro Sergio Muñoz G., por su talante ético en defensa de los Derechos Humanos y en poner fin a los cobros abusivos de las Isapres. En resumen ¿el poder en las sombras de las fortunas le paso la cuenta?
Ciertos medios que se ufanan de independientes, pero que son, neofascistas tomaron con guante blanco este llamado “error”, sin fustigar en lo más mínimo a los autores de esta grosera inconstitucionalidad, ni mucho menos hicieron comentarios críticos severos y con una actuación indulgente, se limitaron a prologar el destino ilegal de la AC, en el Senado.
A propósito, me trae a colación de cómo la Transición a la Democracia, pudo negociar que el criminal número uno de Chile, tuviera fuero parlamentario, ocupando un sillón en el Congreso sin ser elegido por votación popular. Es más, teniendo como guardaespaldas a unos senadores de la derecha golpista. ¿Dónde en el mundo se ha visto esto?
En verdad, me confunde admitir que la persona que más daño -Pinochet- hizo a nuestra democracia y al pueblo chileno, fuera salvado de ser enjuiciado en Inglaterra y/o España. Por esta razón, creo que hay mala memoria, a la contribuyen ciertos dueños de medios informativos. Coexisten en el parlamento, desde este edificio “democrático” tienen la plataforma ideal para convertir las mentiras en falsas realidades, empleando un discurso para defender a los suyos y otro discurso cuando se trata de castigar a sus oponentes, estén donde estén. Se hacen pasar por ovejas cultas, cuando en realidad son diablos de la falacia derechista ultra conservadora.
El caso de corrupción que sacudió brutalmente a nuestras Instituciones como el caso del abogado L. Hermosilla, con más de 777 mil páginas de audios, estremecieron al medio público y político. Los delitos imputados son varios: Corrupción política. Soborno. Tráfico de influencias. Lavado de activos. Evasión tributaria. En el desarrollo del juicio hemos visto como algunos personajes de la élite de nuestra sociedad y del estado fueron parte de la tiranía de los dueños del dinero y los amos de Chile.
Entonces, piense usted en el tremendo lío judicial que este señor Hermosilla, sin escrúpulos, puso de rodillas a los que hoy son ricos y que se favorecieron con sus servicios profesionales y sus poderosas redes de influencia. Les recuerdo que este caso conocido como Audio, sigue abierto, el proceso judicial continua. El nombre de Andrés Chadwick y de otras personalidades, también han salido a la luz pública, vinculados en este proceso judicial.
Me permiten, quiero retomar la labor de la Cámara de Diputados/as, la UDI y a derecha van a llevar adelante otra Acusación Constitucional. Esta vez, sería en contra de la Ministra, Carolina Tohá.
¿Cuál es la verdadera estrategia de la derecha? Seguir con la AC para distraer a la opinión pública de los casos de corrupción en que se ha visto tocada y envuelta. También, de golpear al máximo la popularidad del Presidente Boric. Las elecciones muestran que el caso Monsalve no tuvo mayor incidencia en los resultados electorales, salvo que ganaron la comuna de Santiago; mientras que en las otras comunas les fue como la mona, perdieron sus principales figuras políticas.
Téngase presente, Carolina Tohá no ha cometido ningún delito. Tampoco, ha abandonado sus deberes y mucho menos, ignoró sus responsabilidades administrativas públicas. Pues, se le acusaría de entrar en contradicción en sus declaraciones. Basta de cinismo. Ayer fue víctima, el brillante Ministro del Poder Judicial, Sergio Muñoz G. Hoy, es la Ministra, Carolina Tohá. La derecha se extralimita en su ejercicio del poder. En el fondo, quieren enterrar la figura política de Carolina por ser hija del ex Ministro del Interior de Salvador Allende, José Tohá González. Le tienen odio solamente porque continua el legado de su padre. Honestamente, los chilenos estamos raptados por una clase política inservible. La Cámara de Diputados/as la convierten en un centro de Inquisición, pervirtiendo la esencia de sus funciones legislativas. ¡Que tragedia! Nos vemos, gracias.
