Hace 11 años, los habitantes de Iquique y Alto Hospicio enfrentaron días de intensa actividad sísmica que pusieron a prueba su fortaleza y resiliencia. Luego del fuerte terremoto de magnitud 8,2 que sacudió la región el 1 de abril de 2014, otro sismo de magnitud 7,6 volvió a estremecer la zona pocos minutos antes de la medianoche del 2 de abril. Aunque de menor magnitud que el evento principal, este movimiento telúrico también se sintió con alta intensidad, generando preocupación entre los vecinos de la región.
SEGUNDO TERREMOTO
Según reportes de prensa de la época, el sismo secundario aumentó la tensión en una población que aún no terminaba de reponerse del impacto del terremoto anterior. Con una ciudad mayormente a oscuras, sin suministro de agua potable y enfrentando incertidumbres, los iquiqueños e iquiqueñas demostraron una serenidad admirable. Mantuvieron la calma y mostraron al mundo un ejemplo de cómo actuar en situaciones de emergencia sísmica.
La noche del 2 de abril de 2014 es otro episodio que quedará en la memoria como una muestra del temple de una comunidad que, pese a las adversidades, supo apoyarse mutuamente y sobrellevar el desafío de convivir con la fuerza impredecible de la naturaleza.
