Punta Arenas se transformó en el epicentro de un drama digno de teleserie turca de esas donde es protagonista hasta el gato. Resulta que la princesa Leonor de Borrbón, futura reina de España, estaba de pasada en la Zona Franca comprándose quizás unos chocolates o algún recuerdito para la abuela Sofía, cuando y fue captada por las cámaras y quedó la escoba en la Casa Real.
La Casa Real, que parece no estar al tanto de que en Chile ya no no somos colonia, puso el grito en el cielo al ver las fotos de la princesa rondando por ahí. Dijeron que esto era una “inadmisible vulneración de la privacidad de la heredera” y, altiro, se fueron con todo a presentar una denuncia formal a las autoridades chilenas. Como si aquí las leyes funcionaran como en el siglo XVIII.
Desde la Zona Franca de Punta Arenas salieron a ponerle el pecho a las balas, explicando que Leonor andaba como cualquier cristiano, vitrineando de lo más piola en un recinto público. Nada de anuncios oficiales, nada de guardias peleando contra el viento magallánico. “Pasó colada”, en buen chileno.
Entre tanto chaqueteo real, el chileno promedio ya se dio cuenta del absurdo. Porque, seamos sinceros, ¿qué tan privado puede ser un paseo por un centro comercial lleno de gente? Mientras tanto, las redes sociales se llenaron de memes recordándole a la Casa Real que, en las tierras sureñas hay una variedad de recetas de platos criollos y que aquí somos buenos para reírnos hasta de la monarquía.
CHELAZO
Días antes del revuelo por las fotos en la Zona Franca, la princesa Leonor fue vista disfrutando de una noche relajada en el bar Colonial de Punta Arenas. Según testigos, llegó acompañada de sus compañeros del buque escuela Juan Sebastián de Elcano, pidió una chelita y compartió tranquilamente durante varias horas. Lo curioso es que, en esa ocasión, nadie puso el grito en el cielo ni hubo denuncias por «vulneración de privacidad». Al contrario, los asistentes destacaron su sencillez y amabilidad, dejando claro que, al menos en el bar, la princesa pasó piola.
Al final, lo que queda claro es que la princesa Leonor probablemente no lo pasó tan mal. Quizás hasta se comió un churrasco palta en el patio de comidas.
¡Gracias por la visita, Leonor, y no se olvide de llevarse su fotito con el beso del pie del Selknam, en el monumento a Magallanes, que es tradición!
