Por estos días tuve entre mis manos el libro “El Chile que no fue” de la Editorial Universitaria, escrito por el profesor Jorge Gilber Ceballos. Dónde repasa los acontecimientos armados que llevaron a dos Presidentes elegidos democráticamente a inmolarse en la sobrevivencia de la democracia y de sus ideales políticos.
Una lectura de 408 páginas, sin términos rebuscados, de fácil entendimiento, que describen diferentes actores pero que, título a título, describen el accionar y perfil ideológico de sus principales exponentes políticos. Unos dispuestos defender a la oligarquía, otros, a defender sus riquezas naturales para el país. Ambas muertes, tienen una correlación con la nacionalización tanto del salitre como del cobre. Sin embargo, políticamente Balmaceda era liberal y Allende, socialista. Recomiendo su lectura. Algo de lectura, para mejor pensar y aprender de nuestra joven historia.
Los últimos acontecimientos golpearon a Chile en los primeros planos de la noticia mundial. Los incendios forestales en la zona central y sur del país nos destruyen como si fuera el fin de nuestra naturaleza y existencia humana. Las tormentas de fuego violentamente arrasan con toda forma de vida. Es como sí un meteoro hubiera irrumpido de los cielos con una fuerza gigantesca que cualquier defensa se hace estéril y nos hace desaparecer en las altas temperaturas del profundo cambio climático.
Pero con todo lo trágico de estos siniestros, las cosas son más dolorosas cuando se trata de vidas humanas. Especialmente, cuando seres humanos de la tercera edad y niños fueron víctimas de estas olas inmensas de incendios. A mi juicio, viviremos un duelo eterno.
Por otra parte, la clase política de oposición en general, se entretiene buscando las debilidades del Gobierno y/o buscando culpar a ciertas autoridades por sus presuntas responsabilidades legales que tendrían en planes de evacuación y de emergencias. Es decir, entrar a descalificar, desviar la atención y hacer juicio para mantener el clientelismo político en los sectores más vulnerables.
El problema de hacinamiento, de falta de viviendas dignas y de mantener por años y siglos, una población sobreviviendo en el subdesarrollo. Ese es nuestro gran y grave problema social y económico. La derecha, sin meter a todos en el mismo saco, no se preocupa de generar soluciones que dejen atrás nuestra dependencia económica. Los Presidentes de Chile, que de verdad, se dieron cuenta, que era absolutamente necesario, imperioso y civilizado modificar el modelo de nuestra economía, al final pagaron con sus vidas las ideas emancipadoras. Mientras, el colonialismo del imperio norteamericano/británico, afianzaba sus capitales en Chile y en Latinoamérica con sus organismos de inteligencia.
Aquí, en medio de tormentas, de terremotos, tsunamis y de incendios, dos siglos han pasado, me pregunto ¿Conseguiré resistir políticos mediocres, buenos mentirosos para trasmitir el miedo y de negar “la sal y el agua”? Retomando el hilo conductor de la presente columna, ¿Conseguiré resistir la impronta de las redes del narcotráfico y el miedo a la delincuencia desatada? ¿Hasta cuándo los ciudadanos vamos a seguir aceptando la corrupción que arrolla a nuestras instituciones públicas y privadas de la República y qué papel juega en ella la Globalización por la expansión del capital y el manejo de nuevas tecnologías?
Después de la muerte de dos Mandatarios: Balmaceda y S. Allende, el país sufrió la pérdida de miles de vidas. Entenderán los políticos de la centro derecha y derecha extrema que el sistema de las AFP’s, sin dejar de lado, a los sectores de centro izquierda y del nuevo progresismo, que esta situación de pensiones miserables, es el más grande malestar de Chile. Es el mayor de los fracasos políticos, donde se abusa de una falsa legalidad que hace a los pobres más pobres. Es decir, una fábrica nacional de pobreza y que hace a .los ricos más ricos.
Los lideres políticos, no se atreven a mejorar las pensiones con las ganancias de las administradoras , pero sí lo hacen con los dineros del Estado. Es decir, con platas de todos los chilenos. No hablamos de cuestiones técnicas, hablamos de nuestras realidades.
En este ámbito parlamentario, les sugiero, que no tomen decisiones inconsultas con la ciudadanía. Este año es un año de elecciones. A los políticos que tienen una visión de Estado, los llamó a la reflexión. Aprovechemos la oportunidad y consulten a la ciudadanía con dos preguntas simples.
Primero: ¿Quiere usted que continúen las AFP’s? Sí___ o No___ Segundo: ¿Quiere que el aporte de los empleadores al sistema sea: a) Acepto la propuesta del Gobierno. Sí___ o No___ b) Acepto la propuesta de la Oposición. Sí___ o No___ De una vez por todas, terminemos con este show a través de un Plebiscito. Sea la verdadera soberanía del pueblo la que resuelva los puntos en controversia.
Lo que no puede ocurrir, es que nuevamente se vuelvan a tener chilenos/as, su sangre derramada por nuestras calles. Basta de irresponsables y de mantenernos con pensiones de hambre. A los políticos del parlamento, los hago culpables de cualquier tragedia. Sí son inteligentes, entonces, justifiquen que vamos a cambiar la historia y mejoren la imagen irreversible de desaprobación que mantienen en la actualidad.
Nelson C. Mondaca Ijalba
nmonijalba@gmail.com
