“Así pasa cuando se vive mucho, que ya no hay amigos ni enemigos y por fin vemos claro: el gran enemigo del hombre es el Tiempo, su meticulosa obra de destrucción.”
Fernando Vallejo, Entre fantasmas.
Se instaló la enfermedad en nosotros. Mi primo pasó muy mala noche debido a problemas gástricos, y a mí me atacó un bicho que con sus picaduras me ha provocado una alergia y distintas ampollas en las piernas. De alguna forma soy un caldo de cultivo novedoso para algún tipo de insecto que pulula gracias a la alta humedad y vegetación.
Anoche fuimos invitados a una cena a la casa de un español de más de 70 años. Nos mostró toda su casa al llegar lo que es una costumbre de que eres bienvenido. Una casona con múltiples habitaciones, piscina, jacuzzi y una cocina enorme. El español nos cuenta que trabajó en la Casa Blanca encargado de las comidas. Nos preparó una tortilla de patatas, chorizos y jamones. Mi primo llevó un vino chileno. Tiene varios que guarda con recelo, porque sabe que soy un peligro. La conversación con otros amigos y amigas que voy conociendo se va alargando mientras descorchamos más vinos. El dueño de casa saca una botella de sangría que la bebemos rápido mezclándolo con un vino argentino de no muy buena calidad. Una especie de jote hispanoamericano. La conversación se desvía a temas políticos y nuestro anfitrión comienza a hablar de su amistad con Donald Trump y que se hablan por teléfono. Pensé que en cualquier momento haría un estúpido saludo nazi como lo hace el círculo cercano de ese idiota, pero no. Ya era hora de retirarse y el español nos promete invitarnos a un asado de cochinito (cerdo) junto a la piscina.
Hoy al parecer no lloverá, pero nunca se sabe. Debo preparar una cazuela de pollo para mi primo para que se recuperé de su problema gastrointestinal. Desayuno arepas de maíz con aguacate y frutas típicas de la zona. La granadilla se parece mucho al tumbo que venden en Iquique y la guanábana es una especie de chirimoya gigante. Me acabo de comunicar con un integrante de la barra de Iquique y hay un grupo de whatsapp para los viajeros al que soy integrado. El tiempo pasa lento y hoy recién salen a la venta las entradas para la hinchada visitante de forma presencial. Hay que acreditar que venimos de Iquique con el pasaporte o carnet y tener cuidado al entrar los lienzos.
Veo que el pollo ya está descongelado y me abro una cerveza en el instante que se escucha un trueno. Me quito la polera por el calor y busco refrescarme con mi cerveza y el aguacero que pronto se dejará caer.
