Me llama la atención la crítica que ha surgido por el apoyo del humorista Alejandro Coco Legrand al libro del imputado coronel Claudio Crespo, acusado de cegar a Gustavo Gatica en 2019.
Coco Legrand nunca fue un referente de la izquierda; él inició su carrera a principios de los setenta y fue invitado a cuanto programa se emitía durante la dictadura. Sus personajes hacían reír, como el Lolo Palanca, que imitaba el hablar de los jóvenes de clase alta, o el “Cuesco” Cabrera, un ejecutivo que gozaba de los beneficios del dólar a 39 pesos en los 80.
TALENTO
Nadie duda de su talento. De contador de chistes pasó a hacer monólogos muy críticos de las costumbres culturales que tenemos en Chile. Por eso, verlo ahora apoyando a un exuniformado acusado de violentar a un manifestante, para este vejete que escribe estas payasadas, no es novedad.
GUACHACAS
Durante los setenta, algunos humoristas hacían reír a la platea y a los televidentes caricaturizando a los sectores populares. Un contemporáneo de Coco, como Bigote Arrocet, también apoyaba sus rutinas riéndose de los “guachacas”, es decir, de los pobres.
MAPUCHE
Una rutina perdida en el tiempo, pero recuperada por un usuario de YouTube, muestra que a fines de 1974, a un año del golpe de estado, en TVN Legrand cuenta un chiste donde discriminaba y caricaturizaba al mundo mapuche.
Por eso, Coco sigue siendo Coco. La noticia sería que apoyara a las víctimas de violaciones de derechos humanos durante la dictadura, cosa que creo no hizo, o que fuera empático con las personas mutiladas durante el estallido social.
Acá abajo el video de 1974 y parte de la rutina de Coco Legrand.
Atentamente, el Monje Pate Cuete.