Discursos presidenciales, se han pronunciado desde los tiempos de nuestra independencia. Es decir, desde el 18 de septiembre de 1810 hasta nuestros días. Por medio de ellos, podemos tener claros conocimientos, de los objetivos políticos que se trazaron los diferentes Mandatarios en el poder.
La historia de Chile, pasa por esta instancia. Cada Presidente de la República ha tenido su tiempo para defender su mandato. Algunos son más cortos y otros más largos. Algunos se han limitado a leer sus Mensajes, mientras que otros se atrevido a matizar entre sus escritos y la improvisación que surge del alma. Obras y promesas.
Para que vamos enredarnos. Cada ciudadano puede tener su propio juicio. Ni que hablar de los que profesan militancias políticas y cargos en los partidos. Sí son de oposición sus críticas no se hacen esperan. Por el contrario, si se pertenece al mismo partido, ahora coalición, del Presidente, todo se encuentra bien y positivo. Sea como oposición y/o como partidario, ambos lados son legítimos. El juego de la democracia toma todo su valor.
Entonces, en lo personal, también tomaré partido al respecto del discurso del Presidente Boric. En general, fue de menos a más. Para realizar un análisis objetivo, hay que partir con los problemas económicos y sociales que heredó. Ver si en este tiempo de Gobierno se han tomado con la necesaria responsabilidad para encauzarlos debidamente y solucionar las causas de fondo en el menor tiempo posible. O simplemente, se ha tenido miopía política y éstos siguen su rumbo devastador.
Hay que tener presente que Gabriel Boric, no tiene mayoría parlamentaria en el Congreso. Lo cual dificulta seriamente sus propuestas de gobierno. La correlación de fuerzas no le son favorables. Así que debe navegar contra la corriente. Solamente con valentía, inteligencia, amor y compromiso con el pueblo, llegará a buen puerto.
Al asumir su mandato en la Moneda, lo hizo con una generación de políticos jóvenes que destronaron a los mayores bloques de nuestra política de vuelta a la democracia y que gobernaron el país del aquel tiempo: centro izquierda y centro derecha.
El primer obstáculo político de contar con una nueva Constitución, no lo pudo sortear en septiembre del 2022. Sufriendo una tremenda derrota. El presidente Boric tuvo su primer revés.
El mismo día que asumía como Presidente, resulta imposible ignorar que se vivían dos estados de emergencia: 1) En la Araucanía, conflicto de “la macrozona sur”, Comando Jungla. 2) En el Norte por la crisis migratoria ilegal. Piñera creó el Plan “Frontera Segura” instalando más 600 militares en la frontera. No es menor tener presente que de 305 mil migrantes pasamos a casi 1.500.000 de personas en el 2020 (fuente; Servicio Jesuita de Migrantes). Con todas las consecuencias que implica para la seguridad ciudadana y aumento de las desigualdades internas.
Para terminar con este panorama que conforma el escenario previo a la asunción de Gabriel Boric, se enmarcan los verdaderos desafíos y retos del gobierno del actual presidente de Chile. Esta la economía global con una desaceleración generalizada y una alta inflación. Sin dejar de mencionar todo el frenazo a la cadena productiva causada por el covid-19. En este análisis, no se puede dejar de lado la guerra de Rusia con Ucrania, lo cual, trae efectos sobre la producción de alimentos y el precio del petróleo, a un país tan dependiente como Chile.
Desde mi punto de vista, la capacidad de maniobra del nuevo Gobierno es demasiado compleja, mire por donde se le mire. Todavía retengo en mi biblioteca un titular del diario digital “el desconcierto.cl” “Empresarios chilenos han sacado más de 3.800 millones de dólares al extranjero…”.
Entonces, hay que analizar el segundo discurso del Presidente Boric, bajo las condiciones en que recibió al país. Veamos hasta el momento, sin sacar cuentas alegres, lo graves problemas ciudadanos que se han abordado. Tal vez, pueda que existan en algunos casos, ideas más fuertes y más radicales; es posible argumentar que todo lo ejecutado es insuficiente. Sin embargo, nadie puede negar que el país sigue su marcha, no está paralizado y sus autoridades están cumpliendo eficientemente su rol político.
Me gustó el discurso por su empatía, por reconocer que no todos los logros son del Gobierno, sino del conjunto del Congreso. Que hay tareas de ESTADO pendientes como en salud, las listas de espera; poner fin a las deudas del CAE, la deuda histórica con los profesores. Asimismo, enfrentar la precariedad del actual sistema previsional antisolidario y que se necesita con urgencia abordar las actuales bajas pensiones. La responsabilidad política que le compete a la Derecha al legislar sobre esta materia. Muchos problemas sociales se resuelven con mayores ingresos para el Estado y debiera aprobarse prontamente una Reforma Tributaria que ponga fin a muchas injusticias que se arrastran por décadas.
No me quiero detener en los logros del gobierno del presidente Boric, solamente señalar que está cumpliendo promesas de su campaña y que falta mucho por hacer. El tiempo es corto y pasa rápido. Hay cuestiones pendientes en materia de regionalización y descentralización que urgen desde el estallido social. Para mí, fue un gran discurso.
