febrero 15, 2025
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Feb

La Izquierda Chilena en la encrucijada de su atraso estratégico en la carrera presidencial | Rodrigo A. Longa Teran

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Rodrigo A. Longa Teran
Cientista Político y Administrador Publico
Universidad Tecnológica Latinoamericana

La política es, ante todo, el arte de la anticipación. Sin embargo, en Chile, la izquierda parece haber olvidado esta premisa al postergar hasta marzo e incluso abril la definición de sus candidaturas presidenciales. Mientras el gobierno de Gabriel Boric enfrenta un desgaste natural tras años de un gobierno testimonial, de improvisación perpetua, liderazgo vacilante, ambigüedad conceptual y una vocación para hacer las cosas mal. Hoy se ve obligado a desprenderse de sus ministros mejor evaluados, mientras la derecha ha jugado con una estrategia completamente opuesta: definir temprano a sus candidatos y trabajar la elección con tiempo.

El oficialismo, sumido en una encrucijada, no solo enfrenta la fatiga de un mandato que ha estado marcado por constantes crisis y una gestión con resultados dispares, sino que ahora debe improvisar liderazgos en un escenario electoral adverso. La eventual salida de ministras como Carolina Tohá o Jeannette Jara, quienes tienen cierto nivel de aprobación, es una muestra clara de cómo Boric busca proyectar algún tipo de continuidad dentro de un espacio político que, hasta ahora, no ha logrado articular un candidato fuerte ni una estrategia electoral coherente, que apuesta por el 30% incondicional y cautivo, pero que no alcanza para el sillón presidencial y augura quizás una derrota histórica. ¿La recomendación? Que la caída sea lo menos estrepitosa posible.

En contraste, la derecha chilena ha jugado sus cartas con notable antelación. Tanto el Partido Republicano como Chile Vamos han definido sus líneas de acción y nombres con tiempo suficiente para preparar una campaña de largo aliento, con recursos que son imprescindibles en la arena Política, caudales humanos y monetarios, requisitos obligados que se traducen en dos frases “Rodéate de los Mejores” y “Candidato Pobre, Pobre Candidato”.

A esto se suma el nuevo Partido Nacional Libertario, que con su irrupción busca ampliar aún más el espectro opositor. Estos sectores han entendido que la clave para una elección presidencial es la preparación temprana, una planificación estructurada y la consolidación de liderazgos con tiempo suficiente para instalar ideas y propuestas en el electorado. Los outsiders en la Arena Política criolla siempre han dado sorpresa, solo una vez por única vez, los Kaiser lo saben muy bien.

El problema para el oficialismo no es solo la tardanza en definir su candidato, sino el impacto que esto tendrá en el sistema electoral. La elección del 16 de noviembre se desarrollará bajo el sistema D’Hondt, un método que premia a quienes trabajan en equipo y maximizan sus votos de manera estratégica. La falta de tiempo para definir estrategias claras y la posible fragmentación de las listas y la improvisación podrían terminar por sellar una derrota aún más contundente de la izquierda. Mientras la derecha ya estructura sus campañas en torno a este sistema, la centroizquierda sigue debatiendo entre opciones que podrían no consolidarse en un bloque cohesionado.

Más allá de la contienda presidencial, este atraso estratégico se replica en las elecciones locales, donde muchas candidaturas parecen improvisadas y los candidatos carecen de una preparación adecuada.

La política y el periodismo tienen una relación simbiótica hoy por hoy la labor de los periodistas se ha vuelto fundamental para llevar el mensaje a los votantes y predecir como reaccionaran estos frente a propuestas del candidato. La política no es solo carisma y slogans; es organización, es estrategia y, sobre todo, es anticipación, de ahí la importancia de los consultores políticos.

En un escenario donde la oposición ha hecho su tarea con tiempo, la falta de planificación del oficialismo podría no solo costarle la Presidencia, sino también una representación debilitada en el Congreso y los gobiernos locales, que se podrá traducir en una mayoría legislativa que podrá realizar “grandes” cambios a los “pequeños” legados de esta administración.

En política el tiempo es un recurso invaluable, y hoy la izquierda chilena parece estar malgastándolo, quien triunfa es el que posee una maquinaria de campaña, recursos humanos competentes, buenos think Tanks, altos recursos monetarios, los mejores jefes de campaña y los mejores asesores y consultores políticos. El que le diga lo contrario le miente o es un mal político… o peor aún, ambas.

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