Si hay algo que ha acompañado las elecciones en Chile lindo y querido durante décadas, es el uso del miedo como herramienta política. Desde el triunfo de Salvador Allende en 1970 hasta campañas más recientes, el fantasma del comunismo y el caos ha sido agitado para influir en el electorado.
El inicio: Chile, un «satélite del comunismo»
Cuando Allende llegó a La Moneda en 1970, la oposición no tardó en desplegar una campaña que advertía sobre el peligro de que Chile se convirtiera en un país satélite de la Unión Soviética. Se hablaba de expropiaciones masivas, pérdida de libertades y un futuro similar al de Cuba. Esta narrativa contribuyó a la polarización del país y terminó siendo uno de los factores que terminó con el golpe militar de 1973.
El plebiscito de 1988: «Anarquía y caos»
Cuando llegó la hora de decidir si Pinochet seguía en el poder o no, la propaganda del Sí jugó fuerte con la idea de que, si ganaba el No, Chile caería en la anarquía y el desorden. Se difundieron imágenes de protestas violentas y desabastecimiento, y se reforzó el mensaje de que la estabilidad dependía de la permanencia del régimen.
Las elecciones de 1989: «Aylwin gobernará con los comunistas»
Ya con la democracia de vuelta, la campaña del miedo no desapareció. En las elecciones presidenciales de 1989, se dijo que si Patricio Aylwin llegaba al poder, gobernaría de la mano con los comunistas y el país tomaría un rumbo incierto. Finalmente, Aylwin ganó y gobernó sin grandes sobresaltos.
2000: «Lagos, el regreso de la UP»
Cuando Ricardo Lagos se postuló a la presidencia, no faltaron quienes alertaban que su gobierno sería una vuelta a la Unidad Popular de Allende. El temor se concentraba en un posible aumento del control estatal sobre la economía, pero finalmente su administración fue más moderada de lo que muchos anticipaban.
Bachelet y la misma historia
El miedo a un «Chile socialista» volvió con la candidatura de Michelle Bachelet en 2005 y en 2013, cuando sectores opositores advertían que su gobierno traería una ola de reformas radicales que pondrían en peligro el modelo económico.
«Chilezuela» en 2017
En la última década, la narrativa evolucionó y tomó un nuevo rumbo: el temor de que Chile siguiera el camino de Venezuela. Cuando Alejandro Guillier se postuló en 2017, se difundió la idea de que su administración sería una copia de las políticas chavistas, llevando al país a una crisis similar a la de Caracas.
Esta estrategia ha sido utilizada en varias elecciones para movilizar votantes, especialmente aquellos con temor a cambios profundos en el país. Lo cierto es que, con el tiempo, estas campañas han demostrado ser más un recurso electoral que una realidad concreta.
