El siete de septiembre se cumplió un nuevo aniversario del accidente en el que murió la cantante argentina Gilda (Miriam Alejandra Bianchi). ¿Por qué su música sigue vigente? ¿Qué hay detrás del mito que la inmortalizó?
“La muerte de Gilda, así como la de Eva Perón, son muertes tempranas, traumáticas, son hachazos, cuchillazos sobre el lienzo de la historia, que vienen a dejar inmortalizada a la persona que muere. Porque muere y nace el mito. Si Gilda hubiera vivido 70 años, por ahí ese mito no tendría la fuerza que tiene hoy”, dijo el periodista argentino Alejandro Seselovsky a los medios en recuerdo de Gilda.
Miriam Alejandra Bianchi, una mujer porteña (gentilicio de los nacidos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) de 30 años, parvularia que escribe canciones de amor.
Para Gilda no fue fácil dejar el nido y el machismo de su pareja y partió a cantar. Comenzó en la periferia de la gran ciudad cantando y poco a poco llegó la fama que no la nubló.
Cantó en Buenos Aires y luego en el interior de Argentina. Sus canciones eran parte de la llamada “movida tropical”. “No me arrepiento de este amor”, “Fuiste”, un cover de cantante italiano Franco Simone “Respiro”, eran coreados por miles de voces en estadios, centros de miles de fans que la seguían como parte de una religión.
El 7 de septiembre de 1996, Gilda murió en un accidente junto a su hija, su madre y tres músicos, en el kilómetro 129 de la ruta nacional 12, camino a Chajarí, Entre Ríos. El hecho se produjo cuando un camión de la empresa brasileña Interpress, tras morder la banquina, intentó volver al camino e impactó de frente contra el vehículo donde se desplazaba la comitiva, que pegó contra dos autos particulares y volcó varias veces.
Su fama a Chile llegó tras su partida y su música a fines de los 90. Era parte de la programación de algunas radios y repertorio de karaokes.
