@analauraIQQ
Muchas veces escuché a mi abuela decir cosas que hoy nos resultan casi graciosas, como de lo que se debía o no hacer en Semana Santa. Antes que seguir leyendo, quiero que sepas, que respeto todas las creencias y cada uno es dueño de hacer con su traste lo que quiera ¿claro?
Mi abuela, que ojalá el Pulento la tenga contenta, nos contaba que en sus años mozos, los días de Semana Santa, en especial el viernes, no se hacía nada en la casa y los santitos de tapaban con una tela de color negro. Pero habían costumbres con la cual yo habría estado presa y condenada, de no hacer el amor en Semana Santa. ¿Una semana sin sexo? Me mato.
Uno de los argumentos que nos contaba la veterana, que las parejas que tenían sexo, el viejo juego del “mete saca”, quedaban pegados. Me da un poco de risa recordar esto, pero a la vez, me doy cuenta el poder que tenía la religión para fomentar miedos y temores frente al sexo, algo tan saludable.
Me contaba que las radioemisoras programaban música “clásica” y melodías, parecidas a la de los supermercados, además que en el cine pasaba películas con “La Vida y Pasión de Nuestros Señor Jesucristo”. “Yo iba con mis hermanos y mis padres al cine, pensando cada año que Jesús se iba a salvar de morir en la cruz”, recordaba la viejuja.
Sigamos con el sexo en Semana Sana. También se creía que los hijo nacidos de un polvo en estos días nacían con malformaciones. La recomendación que le daban a mi abuela para evitar esos “malos pensamientos”, era rezar mucho.
Qué bueno que esas creencias quedaron en el pasado y hoy vivimos otra época. A veces, mientras escribo esta nota, me imagino- yo-en aquellos años rezaría las 24 horas de los siete días de la Semana Santa.
