40 años cumplió el bar “Curupucho”: Hasta el alcalde Choche Soria llegó a celebrar

Para los que no lo conocen en bar grill Curupucho, quizás les llame la atención que en el local se reúnen cada noche empleados públicos, oficinistas, portuarios, comerciantes, tripulantes, trabajadores e hijos de vecinos, los que al calor de una Pilsen o un vinito conversan de todo. Y de todo, es de todo. Aquí se analiza el mundo político, se pronostican  sismos, se aconseja al que tiene dolores de amores, se apoya al que pasa malos momentos económicos. Es una familia de personas, que lidera desde hace 40 años su propietario Alfonso Dastres. El Curupucho está ubicado en una casa del tiempo de la administración peruana, Aníbal Pinto 751, con una arquitectura típica que soportó la nueva urbanización chilena de fines del siglo XIX. Otra caracteristica del Bar es que, dicen,  es el único que está al lado de un recinto de Carabineros.  Siempre hay un uniformado haciendo guardia y en las noches de cenas y celebraciones, algún parroquiano le lleva al centinela un “platito” y un bebida gaseosa. Otra característica, es la confianza que tiene Dastres con sus parroquianos, que algunas veces, sale a hacer compras y deja a uno de los parroquianos a cargo de “la barra”, momento que se produce una algarabía por una utópica gratuidad de tragos. Alfonso Dastres también cuando observa que la mayoría esta “arriba de la pelota”, cierra el local y amablemente pide a sus parroquianos que se vayan a sus casas. [caption id="attachment_64362" align="alignright" width="302"] Otra característica, es la confianza que tiene Dastres con sus parroquianos, que algunas veces, sale a hacer compras y deja a uno de los parroquianos a cargo de “la barra».[/caption] Este año se cumplieron 40 años de vida del Curupucho y se celebró como debe ser. Cada uno de los parroquianos llega al lugar a celebrar y cantar junto a Alfonso Dastres y su señora, la que coloca  orden, “la Carlita”, querida y respetada por los viejos del Curupucho. También asistió el alcalde de Iquique, Jorge Soria,  para recordar estas cuatro décadas de buenos amigos y  amigas, buena Pilsen o un vinito en botella, pero del bueno. La última semana de mayo del año 1976, recuerda  Alfonso Dastre, que él junto su hermano abrió su local en una vieja casona construida en la época cuando el puerto glorioso era parte del Perú. Con el tiempo se quedó solo con el bar, que fue integrando a los viejos iquiqueños, algunos de El Morro, El Colorado, Matadero o de la Plaza Brasil. El Curupucho con los años se convirtió en una mezcla de personajes queridos y recordados, desde el más pinochetista, al más izquierdista pagan sus afectos al lado de un congrio con arroz y un Cabernet Sauvignon.]]>