Vergüenza nos debería dar el no tener un espacio especial para albergar espectáculos de envergadura en Iquique. Ya no hay excusa para decir que Iquique requiere con urgencia un gran centro de eventos acorde al nivel de progreso que tiene la ciudad.
Iquique ya con su desordenado crecimiento, es un lugar apretado para vivir no cuenta con lugares adecuados para concentrar en forma segura a los iquiqueños.
Recordemos no más, el gran escándalo que se arma para fiestas patrias, donde nace la polémica de la ubicación de las ramadas. Ahora estando en verano, se sigue usando la Plaza Prat y el hemiciclo del Teatro Municipal, para parar escenarios y armara un espectáculos, es decir en la calle.
Podríamos decir que ya es parte del paisaje iquiqueño, ver escenarios, andamios, parlantes, baños químicos cuando se realizan actividades artísticas.
Por lo dicho, Iquique merece un gran centro de eventos, que albergue a miles de personas en forma segura y no molestar a nadie. Es vergonzoso hacer campeonatos deportivos, obras de teatro, show de grandes artistas, competencias, en lugares que no cuentan con las exigencias de estos tiempos.
Acá hay un ejemplo de la poca visión de futuro de las autoridades locales, las cuales debería ir construyendo Iquique al ritmo del crecimiento de la región. No tener un lugar debidamente acondicionado, con buenos accesos, donde la gente pueda ir tranquilamente en familia, que cuente con baños adecuados, con una acústica especial, para disfrutar y participar de espectáculos de alto nivel. Demuestra la poca mirada de futuro de sus autoridades.
Se debería sentir vergüenza invitar a la ciudad sin tener este tipo de edificación. Las lucas que corren en esta región no son menores, así que, demás se podría construir un buen centro de convenciones y eventos para la ciudad, lo que pasa que no hay un compromiso real y actitud decidida.
Lamentablemente esto seguirá igual, y quizás saldrán muchas excusas, pero se va a simple vista una incongruencia entre lo que se dice y se hace. Los iquiqueños no se merecen estar sentados en la calle, e ir a un baño químico para ver un gran espectáculo, que también requieren recibirlos en condiciones especiales para que entreguen su arte en forma espectacular.
El Martillo:
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