Hace una década, tres mil personas participaron en la primera marcha de los “Indignados de Tarapacá,” según el balance entregado en aquel entonces por José Quiroga, dirigente de la agrupación organizadora. La manifestación terminó con siete detenidos, quienes permanecieron en la Primera Comisaría en espera del Fiscal de turno.
“Esta movilización no la organizó ni la derecha ni la izquierda, es un movimiento ciudadano. En la marcha no hubo banderas de partidos políticos, fueron los vecinos quienes se manifestaron. Hubo intentos de instrumentalizar la marcha, pero no prosperaron. Se está formando un nuevo referente en la región que no pertenece a los partidos políticos. Somos caras nuevas y nos tienen miedo,” declaró Quiroga en aquella oportunidad.
La marcha inició en la Plaza 21 de Mayo, recorrió calles como José Joaquín Pérez y llegó hasta Vivar con O’Higgins, donde se unieron pobladores provenientes de Alto Hospicio. La ruta fue modificada con el objetivo de alcanzar la Intendencia, pero una barrera policial en O’Higgins con Aníbal Pinto detuvo el avance.
GUANACO
En un punto crítico de la marcha, el carro lanzaaguas intentó dispersar a los manifestantes, sin éxito. El grupo luego se dirigió a las oficinas de Eliqsa, en protesta por el alza de tarifas. La marcha retomó su camino en la Plaza Condell, pero en la Avenida Arturo Prat Carabineros interceptaron nuevamente a los manifestantes.
La Remodelación El Morro se convirtió en el escenario de los enfrentamientos más intensos entre los manifestantes y las fuerzas especiales, quienes, con el apoyo del carro lanzaaguas, intentaron dispersar la protesta. El momento de mayor tensión se dio cuando las fuerzas policiales intentaron retirar una gran bandera chilena que portaban los manifestantes, lo que desató mayor resistencia.
Finalmente, el grupo logró reorganizarse para llegar a la Rotonda Diego Portales, cerca del edificio de la Intendencia, donde se registraron nuevos enfrentamientos. El saldo de la jornada fue de siete detenidos, marcando un día histórico en la memoria de los movimientos sociales de la región de Tarapacá.
Este evento refleja un momento significativo en la movilización ciudadana de la época, mostrando la fuerza y determinación de los habitantes de la región en su lucha por reivindicaciones sociales y políticas.
A una década este despertar de la comunidad parece un sueño y todo sigue igual. ARCHIVERO