Más de 3,9 millones de personas figuraban en DICOM al cierre de 2024, según datos de la Universidad San Sebastián y Equifax. Para quienes enfrentan deudas impagas, la posibilidad de una demanda y la visita de un receptor judicial es real.
Muchas personas viven bajo el temor de ser demandadas por deudas impagas. El último informe de la Universidad San Sebastián, en conjunto con Equifax, reveló que 3.924.734 personas estaban en DICOM al cierre del año 2024, un número que refleja la delicada situación financiera de miles de hogares.
Cuando una deuda no se paga a tiempo, el acreedor tiene la facultad de iniciar un proceso judicial para recuperar el dinero adeudado. Y en ese escenario, entra en juego una figura que suele generar nerviosismo: el receptor judicial.
¿Qué es un receptor judicial y cuándo puede llegar a tu casa?
El receptor judicial es un ministro de fe encargado de ejecutar diversas diligencias en los procesos judiciales, como notificar demandas, practicar embargos o realizar inventarios de bienes. Su participación comienza una vez que el caso entra en etapa judicial, es decir, cuando ya ha sido presentada una demanda formal ante los tribunales.
Uno de los temores más frecuentes es pensar que el receptor judicial llegará sin previo aviso para llevarse los bienes del deudor. Sin embargo, nada ocurre de la noche a la mañana en el ámbito judicial. Expertos aclaran que antes de que se retiren bienes, deben ocurrir varias notificaciones formales: notificación de la demanda, inventario, embargo, designación de martillero y orden de retiro.
Este proceso puede extenderse durante semanas o incluso meses, lo que da margen para buscar alternativas de solución.
¿Qué hacer si llega un receptor judicial?
Ante la visita de un receptor judicial, es importante actuar con calma y conocer tus derechos. Estas son las recomendaciones clave:
- Solicita su identificación: debe mostrar una credencial oficial y explicar qué diligencia está realizando.
- Verifica el motivo: si se trata de una notificación, debe mostrar el documento judicial correspondiente (resolución o cédula).
- No estás obligado a firmar: recibir la notificación no implica que debas firmar ningún papel.
- Puedes atenderlo desde la puerta: salvo que cuente con una orden específica para ingresar, no estás obligado a dejarlo entrar.
- Toma nota de todo: registra la fecha, hora, motivo de la visita y el nombre del receptor.
Además, si la notificación es personal, solo en ese caso deberás mostrar tu cédula de identidad.
¿Cómo evitar llegar a esta situación?
La clave para evitar la intervención judicial y posibles embargos es actuar de forma preventiva. Espinosa recomienda explorar soluciones como:
- Renegociaciones extrajudiciales o administrativas con los acreedores.
Asesoría legal o financiera para evaluar alternativas antes de llegar a juicio. - Uso de la Ley de Insolvencia y Reemprendimiento, que permite reorganizar las deudas sin perder todos los bienes, y frenar el avance de demandas.
Este último mecanismo legal —vigente en Chile desde 2014— permite a personas naturales renegociar sus compromisos financieros bajo supervisión de la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento, ofreciendo una segunda oportunidad antes de enfrentar embargos.