marzo 28, 2024
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Sep

Bar Curupucho: 45 años de historia y un sobreviviente de la Pandemia

Si hablamos de clásicos de la bohemia Iquiqueña, sin duda el Bar Curupucho es uno de ellos. Con 45 años atendiendo a sus parroquianos y parroquianas, ha sido testigo de los cambios que ha vivido Iquique. Conversamos con su dueño Alfonso Dastres, sobre cómo ha sido sobrellevar la pandemia, su historia y del presente del negocio.

Antes de que la antigua casa familiar ubicada de en El Morro – Anibal Pinto 751 -, se convirtiera en el Curupucho, ese espacio era arrendado a una confitería, al decaer ese negocio la familia Dastres recibió como parte de pago el mobiliario. Fue en el año 1976, cuando Alfonso junto a un hermano comenzaron con el emprendimiento del bar grill, “en ese tiempo se podía recuperar la plata rápido, había gente de Zofri  y  pocos locales de este tipo como bares pequeños, si habían grandes para personas de edad, no para la juventud. Este es el bar grill más antiguo porque los otros son bares”, nos cuenta Alfonso, desde la mesa que está ubicada al lado de la ventana, por donde no deja de saludar a la gente que pasa por afuera…

Sin duda el Bar Curupucho, es parte del patrimonio de Iquique, ubicado al lado de la Prefectura de Carabineros, en una casa típica de las que se construyeron en época de cuando Iquique pertenecía aún a los peruanos, casi frente a la Plaza Prat, ha sobrevivido a todos los cambios que ha tenido la ciudad, y por estos días se levanta del cierre obligado debido a la pandemia producida por el Covid-19.

Pandemia

“Estuvimos 1 año y 4 meses cerrados, uno tiene que ser ordenado”. Y es que Alfonso, por estos días está trabajando con su hijo, con la pandemia se tuvo que reinventar, es por ello que, sacó el giro de restorán y empezó a vender empanadas.

“Hacíamos empanadas los fines de semana, de mariscos, y de queso, vendiendo por la ventana, y con entrega a domicilio, y fue aumentando la venta de 50 a 60, 80 hasta 90 empanadas se vendía el fin de semana”, comenta.

Ahora, el Curupucho tiene la autorización para poner las mesas afuera, y la patente de restorán, por lo que le pueden ofrecer a sus parroquianos una variedad de platos típicos, obviamente sin dejar de lado la variedad de tragos que ofrece.

Cuando hablamos de la especialidad de la casa Dastres nos dice, “estamos haciendo de todo tipo de trago. Pero el diente de tiburón es del año 1978, cuando estaba de moda la película, yo vi en una revista el trago, y le reemplacé algunos ingredientes, es dulce”.

En relación a la ciudad, Alfonso reflexiona. “He visto crecer y cambiar también a Iquique, lo que más se extraña es que antes todo era más tranquilo, la gente tomaba de forma moderada, ahora toma a morir”. Agregando que: “Hay clientes antiguos de años y también llega gente nueva, luego de la reapertura comenzó a llegar nueva clientela, y ahora trabajo con mi hijo porque él sabe de todos los tragos nuevos, y yo estoy en la cocina, y cuando hay harto movimiento tengo a otra persona que me ayuda. Ha futuro quiero hacer comidas para grupos grandes, hacer cenas a domicilio, ir ampliando ese rubro cuando se pueda”.

Finalmente, Dastres hace una invitación a la gente que no conoce el bar, “que venga, va a ver que es un ambiente tranquilo, no hay tanta bulla como otros bares, que no se puede ni conversar, si quiere estar tranquilo que venga a este bar, y si no le gusta, no vuelve, así de sencillo (risas)”.

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