Luego que Evo Morales denunciara el pasado 26 de junio el intento de golpe de Estado y el presidente Luis Arce hiciera lo mismo al referirse a la movilización de algunas unidades militares en Bolivia, el general Juan José Zúñiga que lideró una asonada que dejó al país en vilo. Sin embargo, a varios días del hecho las interpretaciones sobre este evento difieren significativamente.
Por un lado, el Gobierno asegura haber sofocado en menos de cuatro horas y con éxito un intento de golpe militar. Por otro lado, los seguidores de Evo Morales y sectores opositores definen lo ocurrido como «un autogolpe», «un show político», «una aventura» o incluso «una parodia» de Luis Arce, acordada con el general Zúñiga y sus adeptos, para victimizar al Presidente y levantar su popularidad.
En medio de esta controversia, la hipótesis del «autogolpe» toma fuerza. Parlamentarios de la llamada «ala evista» del MAS y dirigentes de movimientos sociales afines a Evo Morales aseguran que el levantamiento militar fue «un show mediático armado» para desviar la atención de la mala gestión económica de Arce y afectar al expresidente⁴.
La incertidumbre persiste, y Bolivia se encuentra en un momento crítico mientras se prepara para las próximas elecciones presidenciales.