Los cadáveres del corresponsal británico Dom Phillips y del indigenista brasileño Bruno Ribeiro Pereira. desaparecidos desde el 5 de junio, fueron encontrados en la selva amazónica tras la confesión de uno de los dos detenidos por los asesinatos, anunció este miércoles la Policía Federal.
El caso originó conmoción internacional y puso de manifiesto la frase «lejano oeste brasileño» en el que se ha convertido la selva amazónica ante el avance de las mafias de la madera, la pesca y la minería ilegal sobre las tierras indígenas.
En conferencia de prensa, el jefe de la Policía Federal en el estado de Amazonas, Eduardo Fontes, dijo que uno de los detenidos confesó el martes por la noche y llevó a los agentes al lugar donde fueron sepultados los cuerpos, en una región conocida como Vale do Javarí, epicentro del avance del crimen organizado como pesca, caza y minería ilegal sobre tierras indígenas.
Anteriormente, fuentes policiales habían dicho que el detenido confesó que participaron tres personas del homicidio y que los cuerpos fueron incinerados, descuartizados y enterrados en medio de los árboles, a 3,1 kilómetros del lugar donde ocurrió la emboscada.
Ribeiro Pereira era funcionario en licencia del órgano federal de protección indígena Funai que trabajaba para la entidad Unión de Pueblos de Indígenas del Vale do Javarí, en el estado de Amazonas y había sido amenazado de muerte por uno de los detenidos, que participa de una organización de la pesca ilegal.
«Fue un crimen hediondo y llevamos los restos cuidados dignamente para la pericia correspondiente», dijo el comisario, quien se negó a citar a las mafias locales como responsables de haber instigado el doble crimen.
El comisario insistió en no encontrar responsables internos sobre el instigamiento del crimen y dijo que la región en la frontera con Perú es habitualmente paso del narcotráfico.