NELSON MONDACA I
nmonijalba@gmail.com
Me encontré por estos días, con varios destacados ciudadanos del devenir de nuestra ciudad. Son personas muy cultas, instruidas, exitosas en el desempeño de sus actividades, por cierto, superaron grandes dificultades y problemas como cualquier ´persona de este país. Disfruto y aprendo de ellos, de sus conversaciones y de su filosofar. A veces, meto como decimos en nuestro lenguaje popular “meto la cuchara”.
En un momento, uno de ellos y que estaba a mi lado, se produjo un breve coloquio por una pregunta que mucha gente la tiene en su pensamiento. No era y es la primera vez que me la hacen ¿Cómo le va a ir al gobierno de Boric? Antes que nada, debo sincerarme. Mi precisión de la respuesta no se funda sobre una base técnica y menos la de un oráculo de la política. Más bien oscila entre la velocidad de la luz y la oscura materia.
Nos deslizamos un poco a la física. Les parece bien recordar algo que nos enseñaron alguna vez en la escuela en referencia a la velocidad de la luz como la distancia que recorre en el vacío durante el tiempo que determinan 9.192.631.770 oscilaciones de un átomo de cesio. Ahora veamos la definición que en ”1983 la Conferencia General de Pesos y Medidas redefinió el metro. Desde entonces la luz tiene una velocidad exacta de 299.792,458 kilómetros por asegundo. Sin embargo, su velocidad varía en función del medio en el que se encuentre. El cálculo se hizo, observando el desplazamiento de la tierra alrededor del sol”. Leer más al físico inglés Ole Romer.
Retornando a la pregunta. Para contestar la consulta de mi amigo, hay que tomar en cuenta muchos factores que se encuentran en nuestras realidades y algunas son complejas, más de lo que uno imagina. Incluso no se puede obviar el hecho que la ansiada respuesta más que objetiva dialécticamente, sea subjetiva de acuerdo a las naturaleza de mis pensamientos e ideas. Entonces, mi respuesta no puede escapar de estas verdades.
Hay que partir por considerar de cómo el ex presidente Piñera entregó el país al actual Gobierno, el cual acaba de cumplir dos semanas de su mandato. Increíble pero cierto, ya aparecieron encuestas midiendo su nivel de aprobación ciudadana. Amigos/as, ¿Qué les parece? Ahora, prosigamos con el tema que estaba abordando. Pues advierto que mis siguientes son reflexiones son de carácter general.
Al día de la entrega del poder, el país estaba: con menos o mayor pobreza, con más empleos decentes y tasas de cesantía de bajos niveles, con pensiones dignas o miserables, con más o menos soluciones habitacionales, con más o menos seguridad pública y delincuencia; Con más o menos endeudamiento fiscal, con más o menos PIB real, con más o menos gratuidad en la educación, con más o menos problemas en la macrozona de la Araucanía, con más o menos drogadicción en la juventud, con más o menos colusiones de empresas monopólicas, con más o menos equidad de género, con más o menos control de emigrantes, con más o menos corrupción, con o menos inflación. Abreviando, en concreto, se pueden revisar todas la áreas de nuestra vida económica, política y social, finalmente, los resultados cada uno de nosotros los conoce. La fuente oficial de datos usted y yo podemos tener derecho a analizarla antes y post Pandemia, que todavía nos remece a diario.
Pero, juega a favor de la gobernanza de Piñera, que le toco de arrastre vivir un sistema económico en crisis. Un modelo que no fue capaz de dar soluciones macroeconómicas y de políticas de fondo a nuestra sociedad. Su estructura institucional fue sobrepasada y su modelo de desarrollo llegó muy lejos al privatizar servicios básicos de la población, donde el Estado, juega un rol público determinante. La concentración de la riqueza y de la renta, fueron el verdadero tumor canceroso y mortal de nuestro bienestar y felicidad. Por algo se está escribiendo una nueva Constitución.
Por supuesto, no podemos pedir “peras al olmo” ya que en el caso del ex presidente Piñera, es parte de los grupos privilegiados de familias que han atesorado riqueza a costa de las necesidades de millones de chilenos/as. He aquí, entonces, porque viene un cambio de mano con G. Boric y aparece ganador el joven político de izquierda pero con mucho corazón del árbol de la vida solidaria de nuestro pueblo y que no se deja llevar fácilmente por los dogmas de las mascarás ideológicas del Estado totalitario.
Expresado lo anterior, el gobierno de G. Boric, navega por sobre aguas muy inciertas. Primero hay que hacerse cargo de varias crisis. Las soluciones no vienen de la noche a la mañana. Más me parece que debería ser una gobernanza de transición. Los poderes oligárquicos están más fuertes que antes y sus sociedades se mueven en completo secretismo. Aprovecharan el malestar, la ira y el odio a la misma clase política para provocar el rápido rechazo al Presidente Boric y su Gobierno. Las ansiedades de la gente son una verdadera olla hirviendo. Si no fuera por los retiros del 10% de las AFP’s y las ayudas del Estado, aunque tardías, no sé donde hoy nos encontraríamos.
Chile y su pueblo, deberíamos tener perfecta claridad que el programa del presente Gobierno, no es la revolución socialista del ex presidente Salvador Allende; quedó claro con el discurso presidencial cuando el nuevo Presidente asumió el mando en el Congreso en su discurso. No partimos de cero y de la nada.
Tenemos que hacernos cargos que no todas las soluciones vendrán del Estado. Que somos y seremos afectados por los conflictos de la guerra en Ucrania. Ese es nuestro panorama Eso sí, el camino por recorrer sin la cooperación de la clase trabajadora, pública y privada, será caminar con los ojos vendados y trucar nuestro propio destino. Presiones y manifestaciones, por la vía pacífica es un instrumento válido para salir airosos en nuestras legítimas demandas sociales. A no bajar la guardia, seamos inteligentes, y no dejarse manipular por intereses conservadores de ultra extremos.
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