Así tal como los trajo al Mundo, el Pulento, Calatos, cientos de ciclistas pedalearon por el centro de Sao Paulo para denunciar su fragilidad frente a los conductores y denunciar las más de mil de muertes de compañeros que hay cada año en las rutas del país donde todo es grande, hasta los supositorios.
Al grito «¡La Paulista es nuestra!», los integrantes de «Pedalada Pelada» (Pedaleo Desnudo), que se celebra desde hace una década y denuncia la vulnerabilidad de aquellos que eligen la bicicleta como modo de vida frente a la imprudencia de los que optan por el volante.
«El cuerpo desnudo es para mostrar cómo nos sentimos con el tráfico (…) Nos sentimos desnudos, no tenemos ni un parachoques para protegernos», explica a Enrique do Espíritu Santo, en cuyo pecho está escrito la palabra «frágil».
Según autoridades de la Salud, 32 ciclistas son hospitalizados cada día en Brasil víctimas de accidentes de tránsito, muchos de ellos incluso circulando por las ciclovías.