Desde que Chile levantó la Copa América 2015, hubo más sospechas que celebraciones. Entre los penales perfectamente ejecutados y los rivales misteriosamente agotados, muchos dijeron que algo raro había en el aire. Ahora, Sergio Jadue, el desaparecido expresidente de la ANFP, confirma lo que todos sospechaban: la Copa estaba diseñada para que Chile ganara sí o sí.
En sus recientes declaraciones en redes sociales, Jadue confesó sin rodeos que el fixture y la logística fueron acomodados para que la Roja tuviera un camino más accesible, mientras que Argentina y Brasil enfrentaban viajes largos, horarios incómodos y un desgaste físico brutal. La idea era clara: «No queríamos hacer la típica Copa América excelentemente organizada para todo el mundo. Queríamos ganarla», dijo el exdirigente, dejando en evidencia su amor por las tácticas poco ortodoxas.
Lo curioso es que este personaje, que alguna vez se paseaba como rey del fútbol chileno, hoy vive en un limbo en Miami, protegido por el FBI tras convertirse en testigo clave del escándalo de corrupción de la FIFA. Pasó de manejar el destino de la Roja a esconderse para evitar que algún excolega quiera recordarle sus “negocios”.
Si bien el título de Chile campeón sigue brillando en la historia, ahora sabemos que hubo algo más que buen fútbol. Entre estrategias, mañas y un toque de viveza criolla, Jadue ayudó a que los hinchas cambiaran el “triunfo moral” por el verdadero trofeo.