NELSON MONDACA I.

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Una buena parte de los chilenos, se tomó el tiempo para sentarse frente al televisor ese día lunes 11 de Octubre para ver en sus casas, la trasmisión del “Debate Presidencial” con los seis postulantes a la Moneda, quienes habían confirmado su asistencia.
Evidentemente, cada persona se hace expectativas, en especial si tiene una cierta simpatía por alguno de ellos. El asunto más importante, es ver el desenvolvimiento y evaluar. Mi primera conclusión: Más de lo viejo y poco de lo nuevo.
Me parece muy bueno que existan estos espacios de controversias y de discusiones públicas. Nos escandalizamos porque se hacen denuncias o porque existen enfrentamientos de ideas pensamientos ideológicos.
Creo que es innecesario, realizar un diagnóstico de cada candidato. Lo bueno, lo positivo, lo mediocre y lo negativo de cada uno de ellos. Sé muy bien que están expuestos a una situación de alta presión y están sujetos al límite de un juicio inflexible de la opinión pública. Todos ellos, son presidenciables porque desean lo mejor para Chile y nuestro pueblo. Lo cual, no quiere decir, que sean iguales y de verdad tengan un currículum para postularse a un Papado del Vaticano.
No hay que ser ilusos, ni tampoco muy ilustrado para darse cuenta que están en juego los destinos políticos de nuestra nación. Hay posiciones encontradas y difíciles de congeniar porque representan intereses distintos. Los grandes cambios que necesita Chile, empiezan con una nueva Constitución Política. Las transformaciones políticas y económicas, no son meros discursos, eslogan, demagogia y populismos de derecha y de izquierda.
Vivimos con una pobreza que nos hace retroceder en el tiempo al tercer mundo. Al mismo tiempo, el aumento de la extrema pobreza se instala en nuestra sociedad con cifras que describen una cruel y miserable realidad. Concretamente, en estos tiempos de crisis los pobres son más que antes y los ricos son mucho más ricos que antes.
Transformar esta existencia social, significa trabajar arduamente y con sacrificio. Vivimos otros tiempos, avanzar hacia el Desarrollo. La oportunidad de ganar el Gobierno no es tener todo el poder político. Por lo tanto, apegarse a doctrinas rígidas, como dice un viejo refrán popular “es poner la casa patas arriba”. La democracia exige: honestidad, colaboración, dialogo, ética, paz, convivir en armonía y manejar el poder con sabiduría a favor de la justicia, la dignidad, la solidaridad y el constante bienestar humano.
Retomando el hilo, el Debate Presidencial, va dejando en claro el pensar y la filosofía de los candidatos. De qué lado están, a quienes defienden y para quienes van a Gobernar. Creo que siempre, hay algo más que uno quisiera saber en torno a su vida familiar, cuál ha sido su trayectoria laboral, política y cultural. Me viene a la memoria un maravilloso párrafo de lectura que eleva el alma de inspiración virtuosa. “Una vieja canción mexicana regresó como siempre lo hacía, con el asombro de lo vuelve a ser cierto: Y si quieren saber de tu pasado. Es preciso decir una mentira: Di que vienes de allá. De un mundo raro” (Juan Villoro. Libro: La tierra de la gran esperanza).
Vendrán otros debates. Los presidenciales se sacarán ronchas. En este contexto, un documento que denuncia un acto de conducta inaudita “vale más que mil palabras”. No faltará quien de la defensa pasará al ataque y de la verdad a la mentira. En fin, para nosotros, los trabajadores y ciudadanos comunes, que debemos definir por quién votar el próximo 21 de Noviembre, creo que despejaremos dudas y tendremos mayor lucidez, certeza al momento de inclinar nuestra opción presidencial. Pues, no olvidemos que estos debates están en medio de campañas electorales.
Encajando las piezas de este ajedrez presidencial y, dibujando un mapa de principios ideológicos, tenemos candidatos que van por el modelo de la derecha económica neoliberal moderada y en su otro extremo, la derecha nacionalista Ellos son: S. Sichel y J.A. Kast. Mientras por la izquierda progresista y anti modelo capitalista salvaje. Ellos son: van G. Boric y el M. Ominami. Por el centro de la izquierda; más cristiana, humanista y reformista del modelo capitalista, partidarios de la social democracia, la senadora: Yasna Provoste. En representación del socialismo histórico de V. Lenin, el candidato: E. Artes. Si me he equivocado en este mapa político, desde ya, les pido todas las disculpas.
Finalmente, para terminar, mientras pensaba y tomaba “caldo de cabezas” me transporte en medio de grandes preocupaciones, a un juego de mi niñez pampina. Nos sentábamos en forma de círculo en el suelo, éramos como unos diez pequeños, de ambos géneros. Uno de ellos llamado Juanito y que tenía el apodo de “Naricita”, lo hacía con los ojos vendados y en sus manos tenía un trapo casi siempre de color negro.
Después, de unas vueltas por alrededor del círculo, en una de esas rondas, dejaba caer el trapo y teníamos que adivinar a quien se lo dejó y por lo mismo, le correspondía “vendarle” los ojos. Sí no me equivoco el juego se llamaba “La gallina ciega”. Esta transportación hacia la niñez, creo que me dice que en estas elecciones, no somos niños y que el destino de Chile no es un juego. Tampoco, debemos adivinar por quien se debe votar. Somos personas adultas, inteligentes, responsables y con sentido común. Debemos abrir nuestros ojos y votar conscientemente, según los orígenes de nuestras luchas y por los dictados de nuestros corazones.