NELSON MONDACA I.

nmonijalba@gmail.com
Por estos días en la contingencia política nacional, más precisamente, en la “Moneda chica”, donde trabaja el equipo de confianza del Presidente Electo, Gabriel Boric, se han instalado ciertos temas. Reuniones van y vienen. En fin, son los espacios que van dando vida al nuevo Jefe de Estado y Mandatario de nuestra nación.
La gente se aglomera por tener una fotografía para inmortalizar ese momento con él. Como es sabido aquí está ubicado su centro de operaciones, donde funciona el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile. Lugar facilitado por la casa de estudios, preparando la instalación de su gobierno a contar el próximo 11 de marzo.
Entre los asuntos que se están abordando en las definiciones político-estratégicas, que se contemplan en su programa de gobierno, están los laborales. Hemos escuchado en varios ámbitos que se contempla impulsar la modificación del Artículo 22 del Código del Trabajo. Norma que textualmente en su inciso primero, dice: “La duración de la jornada ordinaria no excederá de cuarenta y cinco horas semanales”.
Historia.
Entre los avances más significativos y trascendental del mundo del trabajo de comienzo de siglo XXI, entre otros, está en la Ley N° 19.759. Publicada en el Diario Oficial de 05 de Octubre del 2001. Ojalá que todos/as los profesionales del área y los dirigentes sindicales, puedan reconocer su valor histórico. Esta Ley, modifico las extensas y abusivas de jornadas de cuarenta y ocho horas y las rebajó a las actuales 45 horas.
No Solamente, marcó el cambio de siglo y del nuevo milenio, también, se puede considerar el progreso de la “humanización” del trabajo en Chile. Dando importancia implícita al rol de la mujer y la familia. La cuestión social de la era del salitre y de la industrialización primaria capitalista en Chile, se daba por cerrado este capítulo instalado por la dictadura de Pinochet.
Esa Ley fue promulgada por el Presidente Ricardo Lagos E., y entro en rigor a partir del 1° de Enero del 2005. Cómo podemos ver no se cambió la jornada laboral por asuntos ideológicos, sino de forma racional con la marcha del país y la realidad del trabajo en los diversos ámbitos productivos. No se hizo de un día para otro. Se tomo en cuenta criteriosamente, de manera de no impactar a las pequeñas empresas y éstas pudieran adoptar las medidas necesarias para no perjudicar sus actividades y el empleo.
La supremacía de la realidad. El gobierno del presidente Piñera entrega su Mandato con una crisis económica de una envergadura sideral. Los políticos de la derecha y sus economistas pueden decir lo que quieran. Los ciudadanos que vivimos el día a día, somos quienes sufrimos de sus políticas. Sí no hubieran sido por los retiros del 10%, estaríamos cabalgando en medio de la muerte y las rebeliones más terribles e intensas de los últimos tiempos.
Volviendo al tema. El citado Artículo N°22, contiene cinco incisos y cada cual tiene su debido mérito. Entonces, cuando me pregunto ¿Cuál sería el orden de las prioridades al ejecutar el programa del nuevo Gobierno? Me inclino por lo siguiente:
Entendiendo, que el ideal es avanzar hacia las jornadas de cuarenta horas. Considerando nuestra realidad, creo que sería más prudente poner la casa en orden, empezando por que se cumpla la actual legislación. En estos momentos son muchos los oficios y diversas actividades laborales, donde no se respeta la norma vigente y que derogó todas las anteriores. Continúan existiendo jornadas laborales con leyes del pasado. Inclusive, de no solamente de 48 horas, sino de 12 horas diarias por 6 días a la semana. Vigilantes, nocheros, rondines, guardias, mesoneros/as, vendedores/as, en faenas bisemanales, etc. La lista es larga.
Avancemos en esta dirección y hagamos un cronograma. Creo que las mismas autoridades del Trabajo deberían dar un giro a su sentido Fiscalizador y Administrativo. Más en terreno y obtener resultados positivos. En el día de hoy algunos Fiscalizadores milagrosamente lo logran. Endurecer las multas y éstas no vaya a favor del Estado, sino éstas sean en favor de los mismos trabajadores/as afectados. Más campañas de difusión sobre esta normativa, Que los Dictámenes de la Dirección del Trabajo, sean concisos, no abusar del lenguaje técnico leguleyo y más entendibles al trabajador no especializado en leyes. No caer bajo las garras del lobby de las empresas.
Revisemos los incisos uno por uno y concluiremos que “nadie debe ser excluido de la norma de las 45 horas semanales”. Conocí y conozco a muchos gerentes de empresas y otros administrativos de confianza que trabajan menos de cinco días y menos de 35 horas. Entonces, ordenemos el naipe. Por otra parte, es de criterio, existen ciertos sectores productivos que esta jornada necesitan abordarse por las partes involucradas, lo que no quita que existe “una ley “y no se puede renunciar a ella por la imposición del empleador.
El cumplimiento fiel de esta norma de la jornada laboral de 45 horas, puede ser motivo clave de generación de empleo decente y de crecimiento. Entonces, el Ministerio del Trabajo, necesita potenciar su labor y darle más mística. En tiempos de grandes problemas, necesitamos dar un rumbo definido a esta cartera. No resulta tarea fácil. Sobre todo cuando la Pandemia comenzó a diezmar el trabajo presencial con mucha fuerza, tanto en la empresa privada como en los organismos públicos.
A propósito de este proceso de la Pandemia del Corona Virus-19, se ha instalado una brecha digital, muy evidente, clara y discriminatoria, entre los trabajadores. Pues, nos encontramos que el trabajo y/o teletrabajo, en concreto ha reducido la jornada laboral presencial. La mayor parte de los profesionales, por lo general, sus actividades diarias, objetivos y resultados productivos lo hacen a distancia, utilizando la tecnología para el cumplimiento de sus deberes. No por eso se ve afectada su productividad. Es decir, cada vez, van menos a las oficinas y lo hacen solamente para cumplir obligaciones indispensables en su quehacer laboral dando resultados óptimos al empleador, sea cual fuere.
Mientras, los empleados menos calificados, con menos estudios, éstos deben continuar realizando el mismo trabajo presencial y cumplir rigurosamente la jornada laboral semanal de las 45 horas presenciales.
Entonces, estamos viviendo un cambio brutal acerca de la jornada laboral, que nos obliga a ser muy prudentes, más empáticos, más responsables y nobles con nuestros principios de construir una mejor sociedad y un Chile desarrollado.
Nelson C. Mondaca Ijalba
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