Por GONZALO VALLEJO LEGARRETA
¿ Cómo se puede definir a un facho pobre ? ¿ Al “emergente” ? ¿ Al desclasado con complejo de arribismo ? ¿Al mediocre política y culturalmente de derecha ? Preguntas legítimas que necesariamente llevan a pensar que toda esta caterva social proveniente en su mayoría de una antigua clase trabajadora digna de nuestro país, sólo es producto de la política económica instaurada por la dictadura siniestra que devastó a Chile, la peor etapa de nuestra historia, durante diecisiete años y cuyas estructuras ideológicas fueron dictadas por un imperialismo ( a muchos no les gusta este concepto que consideran retrógrado, pero absolutamente vigente ) nefasto y violador de los derechos humanos que jamás ha respetado el principio de la autodeterminación de los pueblos. Este aparente y nuevo concepto sociológico es un fenómeno que ha socavado nuestra realidad social. El facho pobre entregó electoralmente la victoria a una derecha que siempre se ha aprovechado de la manía típica del chileno por conseguir un mejor status social sin saber nada de política contingente, y quizás más penoso aún, sin darse cuenta que es usado por esta clase poderosa que nunca ha respetado la pobreza. El facho pobre tiene tanto deseo de ganar dinero que no mide las consecuencias corruptoras del sistema neoliberal, pues ha olvidado su origen social, sintiendo real y equivocadamente un temor hacia la izquierda solidaria y progresista, amante de la libertad, de la igualdad y la fraternidad.
[quote] El facho pobre entregó electoralmente la victoria a una derecha que siempre se ha aprovechado de la manía típica del chileno por conseguir un mejor status social sin saber nada de política contingente[/quote]
El facho pobre es un ser social egoísta, consumista y éticamente reprochable, resentido, envidioso y comparativo, con ideas nacionalistas exasperadas e involutivas y ya fuera del contexto de la política moderna, con escasa preparación intelectual, por no decir nada, salvo la lectura de los titulares de los diarios controlados por grandes grupos económicos y su cuadrada visión de la televisión basura que existe en la mayoría de los canales chilenos. El facho pobre es imitativo, casi un insignificante o un mal reflejo de los habitantes de países desarrollados. El facho pobre, por ignorancia, es religioso, quizás como una manera de aminorar todo lo relativo que emana de su escaso discernimiento espiritual. Por ahora es imposible saber si llega a comprender que vive en un país ficticio. De todas maneras, tarde o temprano, en algún tiempo, Chile volverá a ser un país éticamente responsable y solidario, un país que pensará en lo arcádico y en el piélago del bien común.
*Imagen: El actor Fernando Farías y su personaje «Don Genaro», de la serie de Canal 13 «Los 80».