No le tomas el peso real de lo que significa la educación y formación los primeros años de tu vida, hasta que te ves enfrentada a decirle hasta pronto a quien estuvo detrás de esa enseñanza y esos principios que forjaron tu personalidad.
Fue en 2003 que con nueve años de edad ingresé a un establecimiento nuevo en la ciudad y por ende, libre de todo estatus y estereotipos que se van creando en este espacio conforme a los años.
Daniel Colina Correa fue una de las razones por las que ingresé a este colegio, sin él no hubiese sido posible y tras 18 años, puedo decir que él fue la insignia y el docente más importante que pasó por aquellos pasillos y murallas blanco con azul, el bicolor del Humberstone.
Su alegría rebalsaba, su apoyo incondicional también, pero no se quedaba ausente su charla sobre el verbo «ubicarse» para quien o quienes se desenfocaban y portaban mal.
Fue nuestro primer profesor jefe para el curso y lo hizo por tres años, pero eso no fue impedimento para que estuviera en nuestras vidas por tiempos posteriores, haciéndose presente en la sala, los paseos de curso y los campeonatos deportivos, hasta que nos graduamos en 2011 y más de alguno lo vimos períodos después, cuando volvíamos a caminar por esas canchas.
Se convirtió en nuestro guía, en quien podíamos expresar todo lo que sentíamos y hacía de las clases una forma lúdica de educar incorporando la comida, porque es verdad que todo se hacía más entretenido con platos servidos para compartir.
Mi familia lo recuerda como un profesor apegado a sus ideales, vibraba con su vocación y eso es lo que rescato y aprendí de él, en estos días en que la gente no hace nada más que trabajar para pagar su vida, pero se olvidan de que esta misma está hecha de lo que tú quieras hacer, de lo que te conforta y amas. Eso él lo tenía en su esencia, ya que le dijo adiós a un colegio tras 18 años de entregar amor y dedicación y de paso, le dijo adiós a todos quienes somos «alguien» hoy en día, gracias a todo lo que nos dejó en esta tierra.
Te extrañaremos siempre.
Juan jara pacheco
Adiós a un gran compañero, amigo nos ganas en un paso más adelante pero dejaste grandes enseñanzas y recuerdo entre los alumnos,apoderados y amigos que te extrañaremos de corazón.
Cecilia Rojas
Adios Daniel, te agradezco todo el apoyo y cariño que le diste a mi hija Vanesa, cuando mas lo necesitaba, en du adolecencia, epoca dificil para los padres. Se que fuiste incondicional a la formacion y al apoyo de los jovenes que lo requerian entre ellos mi hoja que dintoo en ti, un pilar. Que Dios te reciba con los brazos abiertos para abrazarte y valorar tu amor a los niños. Que tu familia reciba el don de la conformidad de haberte perdido y dale la posibilidad de que nada les falte. Un abrazo para ti. Y gracias
Marisel Rivera
Una persona absolutamente entregado a sus alumnos, de grandes valores, un tremendo ser humano que no escatimaba en entregar el tiempo necesario para aconsejar y preocuparse de que los estudiantes llegaran bien a sus casas cuando se quedaban en actividades extraordinarias en el colegio, íntegro y de gran corazón, no sólo se extrañará como educador sino también como persona, el cielo se lo había ganado hace mucho tiempo! Feliz retormo al Padre querido Profesor Colina
Paula
❤️