Por VIRAL ALZADA
Y no es porque no ha funcionado en los lugares donde se propiciaron, tiene que ver con las malas exponentes que hay en Chile.
La Viral se puso seria, es cierto estos, días las noticias sobre las tomas feministas han llenado noticieros y planas de diarios, pero muy poco se avanza sobre las temáticas que realmente nos aquejan a las mujeres.
Quiero aclarar de entrada que no tengo nada malo con el movimiento universitario de mujeres, que solo piden igualdad de derechos, mi conflicto está en esas mujeres que mal entienden el feminismo o intentan a toda costa implementar un modelo extranjero feminista.
Hablando con algunas iquiqueñas llegué a la siguiente conclusión que expondré hoy.
Las mujeres históricamente hemos sido vulneradas por los estamentos de poder a gran escala, como el ejército o a menor escala como la casa. Eso es un hecho y no estoy llorando la carta, pero que quede claro que si el mundo nos ve débiles e indefensas no quiere decir que realmente lo seamos. Respecto a las chicas que armadas de un pasamontaña y las tetas pintadas, solo puedo decir que el recurso ya está bastante usado y las consignas o ruidos que salían de sus bocas evocaban un hombre en guerra no a una mujer.
Será que estamos repitiendo una idea solo por repetirla, porque no pensar que somos iquiqueñas con todo lo que refiere a eso y podemos crear un modelo feminista que sea realmente funcional.
El particularismo histórico de Boas decía que las tradiciones culturales se basan en condiciones medioambientales, factores psicológicos y conexiones históricas. Si tomamos el machismo como una tradición cultural (queramos o no), es desde ahí donde debemos buscar la igualdad del hombre y la mujer. Reconocer nuestro territorio de Tarapacá, recapitular nuestra historia a través de la psicología para mejorar nuestras prácticas hombre/mujer (chachawarmi) sin olvidar nuestra historia que nos hace únicos, a mi humilde parecer ese debería ser la base de un modelo feminista en nuestra región.
¿Usted señor? ¿Se ha puesto a pensar en esto? Imagine que usted conoce muy bien la tierra donde vive, por ende es parte de la comunidad. Comunidad que respeta y entiende la igualdad de género, por lo cual usted no agrede de ninguna forma a la mujer y de paso construye junto a ella. Ja, ja, ja, ja… Pucha que suena bonito pero la triste realidad es otra.
Así que señorita, esposa, hija, abuela, tía, puta, lesbiana y señoras todas luchemos por conseguir esa igualdad que buscamos, pero sabiendo nuestras diferencias que nos hacen únicos.