NELSON MONDACA I.

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El viernes que acaba de pasar 20 de agosto, la efeméride de nuestro país nos recordó el natalicio número 243 de Bernardo O’Higgins Riquelme (20/08/1778. Expresar algunos pensamientos para mí, como simple ciudadano, me resulta muy difícil. Tal vez, para destacados historiadores, profesionales del periodismo, sobresalientes hombres de armas, importantes académicos, escritores y profesores, no les represente un gran desafío y les sea más sencillo escribir un texto.
Si me perdonan, trataré de poner en orden algunas ideas. No repetiré lo que todos ya sabemos. En una de esas volveré a escarbar algún acontecimiento de categoría histórica y de especial importancia. Tampoco, reinventar la historia en la llanura de la libre imaginación del ingenio humano. Más bien, el rescate de su nacimiento, infancia, de su adolescencia y de su juventud hasta su madurez, nos ilustran el siglo XVIII al XIX. En pocas palabras, del Chile colonizado, esclavizado por el Reino Español al Chile libre e independiente.
Remontarse a estos períodos, hoy con el avance de la tecnología puede ser menos escabroso. Existen algunas pendientes muy difíciles de tomar conocimientos exactos. Siempre existirán lugares o sitios donde no hay acceso a ciertos eventos que vamos a pasar por alto. Espacios de tiempo que quedarán en el aire. Pero en líneas generales y en ciertos casos particulares, donde, las referencias son abundantes y sobre todo reales y objetivas.
Así creo entender, que, para Bernardo O’Higgins, su vida no fue nada de fácil y vivió los mismos problemas de todos los jóvenes. También, no hay que desconocer que tuvo la fortuna de recibir una buena educación, por lo tanto, estaba mejor preparado para enfrentar la vida. Sin embargo, insistiré en aquello o esto no quita el hecho que como joven no viviera las dificultades naturales de la juventud. Por lo tanto, el profundo sentido de la emancipación, la libertad, la igualdad y más justicia.
Por supuesto, fue un notable combatiente por la Independencia de Chile. Se erigió como un verdadero Héroe y Patriota con letras mayúsculas. Ocupó el cargo de Director Supremo de la nación y fundador del Ejército de Chile, que, junto a otros conocidos héroes, escribieron la historia de Chile y su República. Tuvieron éxitos y fracasos. Con todo son dignos de todo nuestro respeto y admiración por siempre.
En este hilar de ideas, me gusta ir a las páginas de la abdicación de Bernardo O’Higgins con el propósito de evitar una guerra civil. Aquí el padre de la patria nos muestra con su ejemplo el bien superior que anidaba en su alma, cuando sostiene lo siguiente:
“Si no me ha sido dado dejar consolidadas las nuevas instituciones de la República, tengo al menos la satisfacción de dejarla libre e independiente, respetada en el exterior y cubierta de gloria por sus armas victoriosas. Doy gracias al cielo por los favores que ha dispensado a mi gobierno y le pido que proteja a los que hayan de sucederme” Después, se quita la Banda que llevaba en el pecho y la depositó sobre la mesa.
Prosigue con su discurso” Ahora soy un simple ciudadano. En el curso de mi gobierno, que he ejercido con una grande amplitud de autoridad, he podido cometer faltas, pero creedme que ellas habrán sido el resultado de las difíciles circunstancias en que me tocó gobernar y no del desahogo de malas pasiones. Estoy dispuesto a contestar a todas las acusaciones que se me hagan; y si esas faltas han causado desgracias que no puedan pagarse más que con mi sangre, tomad de mi la venganza que queráis. Aquí está mi pecho”. Y abrió violentamente su casaca, haciendo saltar algunos botones para presentarlo desnudo a sus acusadores. La multitud conmovida y reaccionando de emoción lanzó un ensordecedor ¡Viva O’Higgins!
Para no dejar cabos sueltos y terminar este relato extraído de la versión Encina Tomo VIII, “Bien sabía –continuó el ex mandatario- que con justicia no se me podía acusar de faltas intencionales cometidas en mi gobierno. No obstante, este testimonio me alivia del peso de las que hubiera cometido sin conocerlo”. Se volvió hacia los miembros de la Junta y, tomando su sombrero, les dijo: “Mi presencia ha cesado de ser necesaria aquí”.
En este nuevo aniversario del natalicio de Bernardo O´Higgins, cuando tenemos un Chile muy atribulado, pasando serias dificultades económicas y azotado por la pandemia del Covid-19, hay que aferrarse a las fecundas raíces de nuestra historia nacional. Que mejor homenaje de volver al ejemplo de vida como la que nos entregara Bernardo O’Higgins como lección de su valentía y heroísmo cívico-militar… ¡Viva O’Higgins!