¿Te imaginas estar en medio de una emergencia y no saber qué número marcar? Es justo lo que el sistema del número único de emergencias, como el 911, busca evitar. Este sistema simplifica la vida, ofreciendo un número fácil de recordar para conectarte con bomberos, ambulancias o policías sin perder tiempo. Además, mejora la coordinación entre servicios y garantiza respuestas más rápidas. Por si fuera poco, ayuda a optimizar recursos y facilita el análisis de datos para mejorar la seguridad pública.
En Chile, cada servicio de emergencia tiene su número: el 131 para ambulancias, el 132 para bomberos y el 133 para Carabineros. Si bien es funcional, este sistema puede generar confusión en momentos de alta tensión. Durante años, se han discutido iniciativas para implementar un número único, pero no han prosperado. En 2018, por ejemplo, hubo un proyecto para unificar el sistema, pero no llegó a concretarse.
La necesidad está clara: un número único simplificaría el acceso y permitiría gestionar emergencias de manera más coordinada. Chile tiene la infraestructura y la tecnología para hacerlo; solo falta que se retome la iniciativa y se convierta en prioridad.
¿Qué países de Sudamérica ya tienen este sistema y desde cuándo?
– Argentina: El 911 funciona desde el año 2000, siendo un pilar del Sistema de Emergencias Coordinadas.
– Colombia: En 2006 arrancó el 123, equivalente al 911, y es muy efectivo en ciudades grandes.
– Ecuador: El ECU 911 se implementó en 2012, integrando servicios como videovigilancia y monitoreo en tiempo real.
– Uruguay: Desde 2002, el 911 se encarga de emergencias policiales y generales.
– Perú: Aprobado en 2023, el 911 comenzó a funcionar en Lima y Callao como parte de un proyecto gradual.
Estos países han demostrado que un número único no solo salva vidas, sino que mejora la eficiencia de los servicios de emergencia.
El modelo del 911 es bastante directo:
1. Recepción de la llamada: El operador identifica rápidamente la emergencia.
2. Derivación del caso: Según la urgencia, se contacta al servicio necesario (policía, bomberos o ambulancia).
3. Coordinación en tiempo real: Los servicios trabajan juntos, compartiendo información para una respuesta más rápida y eficiente.
4. Seguimiento: Todo se monitorea hasta que la emergencia esté resuelta.
Con todo esto, un número único no es solo un servicio, sino una herramienta clave para salvar vidas y generar tranquilidad en la ciudadanía. ¿Será momento de que Chile retome este desafío?