marzo 29, 2024
inicionoticiasactualidadcultura popdeportesempresasopiniónpolíticatierra de campeonesalta suciedad

21

Dic

Elías Lafferte sobre la Matanza de la Escuela Santa María el 21 de diciembre de 1907: “El ruido de los disparos fue ensordecedor”

Testigo ocular de los hechos ocurridos hace 107 años en la Escuela Santa María fue el dirigente sindical y luego parlamentario Elías Lafferte, que en su libro “Vida de un comunista”, relata en primera persona lo que sucedió esa tarde.


lafferte
Elías Lafferte 1886-1961

Las historia de la matanza se inicia meses antes, pero se intensifica el 21 de noviembre de 1907 el periódico La Voz del Obrero, de Taltal, publicó el pliego de peticiones de los obreros del salitre. No solicitaban nada del otro mundo, pero los patrones, muchos de ellos ingleses, no respondieron. El 10 de diciembre los trabajadores de la Oficina San Lorenzo declararon la huelga.

En dos días el paro se extendió por toda la pampa de Tarapacá. El 13, las primeras columnas de obreros, mujeres y niños marcharon hacia Iquique. El 15 llegaron los primeros pampinos a este puerto. Cuando el número aumentó, las autoridades los destinaron a la Escuela Santa María.

El jueves 19 llegó en un barco de guerra el intendente de Iquique, Carlos Eastman. Fue recibido con alegría por los huelguistas pues creyeron que traía la solución del conflicto que ofrecía el presidente Pedro Montt. El coronel Roberto Silva Renard acompañaba al intendente.

El sábado 21, los trabajadores se impusieron que se había declarado el estado de sitio.

Elías Lafertte, testigo ocular de los hechos, relata: “Hacia las 3.30 a cuatro de la tarde, terrible expectación reinaba en el interior de la Escuela Santa María. Tropas del ejército apuntaban sus fusiles contra los obreros y contra la azotea, donde se hallaba en reunión permanente la dirección del movimiento. En cuanto a las ametralladoras en manos de marineros de los barcos surtos en la bahía, estaban dirigidas directamente contra las apretadas filas de pampinos.

A esa hora entró el coronel Roberto Silva Renard montado, como Napoleón, en un caballo blanco para esta desigual batalla. Un corneta que iba a su lado lanzó al aire algunas notas de su instrumento, las cuales provocaron uno de esos pavorosos silencios anunciadores de cosas terribles”.

Silva Renard ordenó desalojar la escuela pero los obreros se negaron a hacerlo.

El coronel “hizo tocar atención a su corneta y dio la orden del crimen. Fríamente dio la orden de fuego. El ruido de los disparos fue ensordecedor (…)

El asesinato de los trabajadores en la Escuela Domingo Santa María de Iquique quedo impune… O más bien, aparentemente impune…

Comentarios

Deja el primer comentario

ingreso de usuario

Google reCaptcha: Clave del sitio no válida.