En 1968 cuando la Reina Isabel II visitó Chile, tres años luego de que el Presidente Eduardo Frei Montalva se convirtiera en el primer presidente chileno en realizar una gira presidencial por Europa. Si la visita de Frei Montalva a Reino Unido contribuyó a la buena relación entre ambos países, la visita de la Reina a Chile sentó las bases para la profunda amistad y para los lazos económicos y culturales entre ambos países, que se mantienen firmes hasta hoy.
La llegada de la Reina cautivó a todo el país, que gritaba «¡Dios salve a la Reina!» mientras enarbolaban pañuelos blancos ante el paseo de la Monarca junto al Presidente Eduardo Frei Montalva, mientras se trasladaban en el Ford Galaxie 500 XL de 1966, negro y descapotable, que ella dejó como obsequió tras su visita al país y que hasta hoy es utilizado por los presidentes chilenos para trasladarse a importantes eventos.