octubre 14, 2024
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Oct

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Es fácil subirse al “El carro de la victoria”

EL SOL DE IQUIQUE


En 1982, en víspera del Mundial de Fútbol de España, la selección chilena liderada por Carlos Cazzely y Elías Figueroa, recibía críticas por su precampaña que no convencía a los hinchas y a la prensa. Frente a “La Roja” estaba como Director Técnico Luis Santibáñez, conocido por su verborrea y salidas de libreto. Ante el reproche a sus dirigidos dijo a la prensa que “no se subieran al carro de la victoria”, vaticinado que Chile haría un buen papel en España.

Lamentablemente la selección volvió derrotada por Austria, Alemania y Argelia, con la prensa chilena en contra.

Un día después de la paliza de la opción ‘Apruebo’, en el Plebiscitico Constitucional, muchos políticos de la vieja guardia, carcamanes aparecen como futuros postulantes a delegados constituyentes. Por otro lado, las cupulas políticas celebran el triunfo del Apruebo como propio y destapan botellas de espumante.

Ministros, subsecretarios y dirigentes de ChileVamos tienen el visto bueno de La Moneda para postular a la convección y tendrán que renunciar a sus cargos en breve. Por las oposiciones no hay nombres todavía, pero las intenciones están ahí rebotando como balón de futbol fuera de la cancha.

Al parecer, la clase política no entendió el mensaje, el triunfo del domingo no le pertenece. Esa meta es de autoría de Gustavo Gatica, Fabiola Campillay, el joven que se vistió de superhéroes “Pareman”, también de la imagen del perrito conocido como “matapacos”. Y, para llevarlo al plano local, los nombres de Juan Francisco Alarcón, torturado en un regimiento y de Leslie Narváez que todavía camina con un “pontón” en una de sus piernas.

Ellos y miles más tienen el legitimo derecho a subirse al carro de la victoria, pero no los políticos oportunistas. Esos que durante treinta años nos hablaban de que nuestra soberanía estaba el día que votamos. Desde ese momento se olvidaban de la gente y cocinaban acuerdos entre cuatro paredes.

La comunidad ya lo entendió y hay que buscar mujeres, hombres, abogados, periodistas, empleados, dirigentes, profesores sin color político. La la valentía de la primera línea de las marchas, de las mujeres, de los estudiantes, trabajadores, no debe ser secuestrada por los partidos políticos, que como lobo feroz se soban las manos ante la oportunidad de escribir la nueva Constitución.

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