A mediados de esta semana, se conmemoró un año más del golpe de estado en Chile. El quiebre de nuestra vida republicana implicó el bombardeo a la Moneda, la pérdida de nuestras libertades cívicas, la persecución política y la instalación del modelo neocapitalista que nos rige actualmente. Eso fue la dictadura de Pinochet.
A estas alturas de los trágicos acontecimientos del 73, uno puede hablar con más confianza. Por supuesto advierto, la presente columna son pensamientos que van y vienen por estos días. Tampoco trato de materializar una obra literaria. Mas bien, esbozaré un breve relato de la política imperante de los tiempos del 73. Para un abundamiento más profundo, podemos escudriñar los registros oficiales del Congreso Nacional.
Me parece relevante hacer mención que Salvador Allende (UP), llegó a la Presidencia por medio de una elección libre y democrática. Esa lucha electoral fue intensa, dura y estrecha. Sus adversarios políticos fueron destacados servidores públicos, por una parte, quien representaba el poder económico conservador, era el candidato Jorge Alessandri Rodríguez (L-C), mientras por el otro, el candidato del poder cristiano reformista progresista, en la persona de Radomiro Tomic (DC).
En esta misma línea electoral de hechos relevantes, no se puede ignorar a los EE.UU. Pues dispusieron millonarios recursos económicos a fin de impedir el triunfo inédito, por la vía de la democracia burguesa, del socialista/revolucionario Salvador Allende G. Después, la CIA desplegaría otras acciones sediciosas para impedir el ascenso al Gobierno de Allende y posterior derrocamiento del extinto Presidente.
El escenario internacional también tenía al mundo partido en dos. El imperialismo norteamericano, USA contra el expansionismo socialista de la URSS. Eran los tiempos de la Guerra Fría, de la Revolución Cubana y el Che Guevara. Las puertas de una tercera guerra mundial estaban por cruzar el umbral atómico entre estas dos grandes potencias y sus aliados.
A 51 años del golpe cívico-militar, en concreto se puede expresar sin temor a equivocarme que, hay responsabilidades políticas, tanto internas como externas. Cada uno de nosotros, puede discernir y determinar el rol que jugaron los correspondientes partidos políticos de esa época.
Asimismo, recuerdo que surgieron personajes que más allá de sus tendencias y militancias ideológicas, también contribuyeron al clima de polarización y odio de clase. A mí juicio, sin ninguna prudencia por el bien superior de nuestra sociedad. ¿Por qué lo hicieron? No lo sé. Pero, hay espacio para las controversias y elucubraciones subjetivas.
Bien, se podría firmar que, Allende fue un revolucionario leal y consecuente con sus principios apegados a la Constitución de 1925; pago con su vida la defensa de nuestros recursos naturales y el derecho de una vida mejor para las grandes mayorías. Sin embargo, para quienes defienden los intereses económicos del gran capital, sus políticas atentaban contra sus estructuras monopólicas y leyes de la libre explotación humana. En otra dimensión, dos corrientes de aguas correntosas y antagónicas que se enfrentaban en un mismo caudal geográfico. Así en este proceso político podemos encontrar mucho material que sirven de base para los científicos e historiadores de nuestra tierra.
Concluyamos. La CIA, hizo su sucio trabajo. Terminó por construir un Muro de Berlín en Chile. Nos dividieron y nos dividimos. Aquí expongo mi reflexión. Los golpistas de la época del 73 ya no están en el poder político y no son patrones del Gobierno. Sin sutilezas y belleza de retórica, muchos de ellos están muertos. Los que aún sobreviven, son ancianos y/o están prisioneros. Entonces, ¿Dónde estamos chocando para derribar nuestro Muro de Berlín? Sí los alemanes pudieron reunificarse, porque en Chile, no podremos sanar nuestras heridas del 73.
A modo de hacer un levantamiento de ideas, veo cinco puntos.
Primero. Hay que dejar en claro que las ideologías, más allá de las personas siguen y seguirán existiendo. Es lo que acontece en nuestro mundo y en el diario vivir. Otra cosa muy diferente, es que ignoremos esta realidad. Se defiende una ideología, a la vez, se defienden intereses. Van de la mano.
Segundo. No se puede tapar el sol con los dedos de una mano. Hay heridas abiertas con los detenidos desaparecidos. Urge que, pasado más de medio siglo, las instituciones armadas y/o personas implicadas en estos hechos, sinceren la verdad y desclasifiquen información relativa a estas personas que puedan estar en su poder. Por la propia dignidad republicana y honor supremo de la nación, se precisa sanar estas heridas.
Tercero. Los civiles, políticos y profesionales que son partidarios del capitalismo neoliberal, en la derecha no pueden ser tan de piel sensible y armar todo un escándalo porque se pone una foto de un detenido desaparecido y víctima de la dictadura. Más parecen sufrir antropofia irracional anticomunista.
Cuarto. Asumir las autocríticas políticas severas que correspondan. Toda vez, que se sacrificaron vidas humanas inocentes en forma violenta y siniestra. Un período de errores y horrores humanos. Llegar al reencuentro de los chilenos, tiene como fin, de que la democracia y el Estado, nunca jamás nuevamente ocurran. En esta cultura, en la derecha, el ex Presidente Piñera (Q.E.P.D), creo que marcó la diferencia con el negacionismo.
Quinto. Para todos los familiares y víctimas de la represión de la dictadura, tengan la solidaridad del pueblo chileno y su merecido reconocimiento en el Congreso Nacional. Nadie saque provecho de la desgracia y dividendos políticos. Menos dar cabida a la venganza. La verdad por dolorosa que sea, debiera iluminar nuestros cielos. La vida continua y se debiera honrar la memoria con actos de justicia y verdad.
Finalmente, creo que el Presidente Boric y su Gobierno, estuvieron a la altura que correspondía este 11 de Septiembre 2024. El acto central en la Moneda y el discurso presidencial, tocaron el alma nacional. Todo muy sobrio, prudente y solemne. Muchas gracias. ¡Feliz 18 de Septiembre! ¡Cuídense mucho!