El domingo 4 de junio se llevó a cabo un nuevo acto que conmemoró 33 años desde el descubrimiento de la fosa clandestina de Pisagua, hallazgo que conmocionó al mundo y dió inicio a una serie de investigaciones que han permitido encontrar otros lugares donde se ocultaron los cadáveres de víctimas del terrorismo de Estado de la dictadura civil y militar.
NUEVO MUNDO
En conversación con Héctor Marín Rossel, Presidente de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos de Iquique y Pisagua AFEPI, se refiere a la continuidad de esta acto de memoria que se ha realizado desde el año 1990 cuando a partir de una denuncia se llevaron a cabo las diligencias que encontraron la fosa común.
“Gracias a toda una cantidad de voluntades y personas pudimos encontrar la fosa de Pisagua”, expresó Héctor Marín al recordar el día 2 de junio de 1990 y resaltó que el hecho derribó todos los montajes de la dictadura cívico militar, así como la información proporcionada por los bandos que indicaban que los prisioneros se habían intentado fugar: “Cuando pudimos reconocerlos en el Servicio Médico Legal de Iquique, ninguno de nuestros familiares tenía balas por sus espaldas: todos estaban amarrados de pies y manos”.
Respecto a los 50, el dirigente indicó que como Agrupación aspiran a una justicia sin apellido, “justicia nada más y nada menos; a 50 años en que el negacionismo se hace presente a través del Parlamento y de personas que están haciendo esta nueva constitución. Hacemos un llamado a que el país, la paz social y la democracia, la creamos y la cuidamos todos, partiendo por la verdad”.
Por otra parte, Héctor Marín valoró las iniciativas del Presidente Gabriel Boric en materia de derechos humanos, entre ellas, haber visitado el sitio que hoy figura como sitio de memoria y quien reconoció también, el abandono institucional respecto a estos crímenes donde parte fundamental de la búsqueda de las víctimas ejecutadas y desaparecidas ha sido fruto de la labor incansable de sus familiares y de las organizaciones.