Dos son las imágenes de San Lorenzo que se han venerado en la quebrada tarapaqueña, la que trajeron los conquistadores españoles y entronizaron en Tarapacá Viejo y la actual, que fue creada por José Prudencio Patiño Morales luego que un incendio destruyera en 1955 la iglesia con todas sus imágenes. (Cuyacas, Memorias del Siglo XX)
Por las cónicas de los conquistadores se sabe que en 1578 el caserío de Tarapacá pasó a denominarse Pueblo de San Lorenzo de Tarapacá quedando todos sus habitantes y bienes bajo la protección del santo, que hoy es venerado con cariño y respeto y a quien sus devotos le dicen “El Lolo”. Según esos escritos la primera imagen del santo habría llegado desde España al antiguo poblado hoy conocido como Tarapacá Viejo, es decir la zona del cementerio y sus terrenos adyacentes al otro lado del río.
A consecuencia de las avenidas de agua del río, que destruyó chacras de cultivo y viviendas, además de mortales pestes, en 1717 la población se trasladó a su actual asentamiento. Presumiéndose que tanto la iglesia como el campanario estaban en construcción y su terminación seria en 1741, si nos basamos en la inscripción de una de las campanas que dice: “Esta campana la dio el CRN. Don Bartolomé de Loayza el año 1741”.
La antigua imagen de San Lorenzo dentro del templo era mantenida en la cumbre del Altar Mayor, donde permanecía todo el año sostenida por roldanas y cuidadosamente decorada con cintas de colores. La figura colgante de San Lorenzo se bajaba el día 9 de agosto, para la Víspera y, aunque era visitado su altar en ese entonces por los otros santos patronales de la quebrada, los pobladores locales eran tan celosos con su santo que nunca permitían sacarlo a peregrinar por otros pueblos o salitreras donde era invitado por ser el patrono de los mineros. Era tal la actitud de los tarapaqueños que incluso “secuestraron su imagen en 1902”, para evitar que fuera en peregrinación hasta la iglesia de la ex Oficina Salitrera Constancia.
La imagen del Santo se salvó de las llamas en el primer incendio que afectó al templo ocurrido en 1887, Tres años tardaron en reparar por completo el edificio mientras tanto misas y fiestas, eran celebradas en la sede de la municipalidad.
INCENDIO
A pesar de resistir y reponerse a más de una docena de terremotos, para los tarapaqueños los incendios han sido el mayor dolor, especialmente el de la madrugada del 6 de diciembre de 1955, que destruyó todo dentro de la iglesia, incluyendo la venerada imagen del diácono.
Según la tradición oral, un arriero que venía desde Huarasiña alertó a la comunidad de fuego en el templo y cuando estos llegaron a abrir las puertas para apagarlo y rescatar las imágenes, ya todo estaba envuelto en llamas. Perdiéndose además de la imagen de San Lorenzo, otras 32 imágenes sacras de alto valor. Según relatos de tarapaqueños, se sabe que la tarde de ese día de diciembre un peregrino de las localidades del altiplano había solicitado las llaves del templo para encender velas y agradecer un favor concedido, quizá al caerse o doblarse los pequeños cirios agarraron fuego los manteles, mesas, escaños, hasta transformarse en una hoguera.
Devotos y gente de la quebrada lograron reparar provisoriamente la nave adosada a la iglesia para la fiesta patronal del año venidero. En agosto de 1956, el Obispado de Iquique aportó con una nueva imagen del Lolo, pero no fue del agrado de los pobladores y devotos por cuanto no tenía similitud con el original.
EL MILAGRO
Terminada la festividad tarapaqueños liderados por Marcos Ocampo, Guillermo Contreras, Julia Contreras, Salome viuda de Méndez, encargaron al artesano de Huarasiña Apolinario Relos, confeccionar al nuevo santo. Sin embargo estando próxima la festividad de 1957 la comunidad de Huarasiña se opuso a entregarla y el “Lolo” confeccionado por el maestro Relos se quedó en Huarasiña.
Es aquí donde como dicen algunos devotos, el Lolo hizo un milagro y José Prudencio Patiño Morales, conocido habitante del pueblo tomó la iniciativa de crear la actual figura. Se habla del “milagro tarapaqueño” por cuanto Patiño no era artesano y tomando algunos trozos de la calcinada imagen de Lorenzo logró terminar la obra a imagen y semejanza de la que había llegado 400 años antes desde España.
Con el paso de los años Tarapacá y su iglesia ha debido soportar el daño devastador de los terremotos 1987, 2005, 2014 donde la imagen de San Lorenzo no ha sufrido daños de consideración.