NELSON MONDACA I.
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Los días próximos al verano, todavía son de un amanecer nublado y que, al mediodía, se comienzan a despejar los cielos para darle paso a su majestad el sol. Al avanzar las horas, como las 17.00 horas, parece quemar nuestra piel. Se vuelve insoportable. Así tenemos que las mañanas son a medias friolentas y calorosas, extraño clima, fruto del calentamiento global.
Los que amamos nuestra ciudad, tuvimos un gran golpe contra ella. Las calles principales atiborradas de basura. Un verdadero espectáculo anti turismo y anti salubridad pública. Los principales espacios públicos, barrios y avenidas se convirtieron de un momento para otro en lugares de proliferación de basurales.
¿A quién le conviene que la ciudad esté sucia, insalubre y cochina?
Con el debido respeto a los recolectores privados de basura y también a nuestras autoridades municipales representadas por el Alcalde, Mauricio Soria M., esta situación no es problema marginal y menor. Pueden ser muy justas las demandas de los pequeños transportistas, pero no pueden bloquear los accesos del o los vertederos a fin de impedir el normal funcionamiento de la empresa que presta servicios contractuales con sus camiones recolectores, “Cosemar” a la Municipalidad.
Tampoco, se pueden aplicar medidas abusivas y unilaterales en contra, de quienes trabajan en este mismo rubro. Es decir, cobrarles “el ojo de la cara”, en circunstancias que son colaborados indirectos de la I.M.I, del retiro domiciliario de escombros y basura. Ambos son parte de un tremendo problema muy importante y decisivo para nuestra ciudad. Por lo tanto, se deben agotar todas las instancias para evitar llegar al bloqueo total de los vertederos. Tampoco se trata de quien le dobla a quien y de imponer sus legítimas demandas y/o atribuciones legales.
Entonces, los ciudadanos en general, pobladores y residentes, están al margen de alguna de responsabilidad, por los desacuerdos de ambos actores. Sin embargo, lo que más nos irrita, es el daño nacional e internacional que se le hace a nuestra gloriosa ciudad de Iquique. De tal modo, que en vez de avanzar, retrocedemos. Los que de verdad nacimos en esta tierra y hemos trabajado por su progreso, nos da una inmensa tristeza, que años de sacrificios, por asuntos colaterales, se vea dañada su imagen.
Ver esa basura amontonada en cada esquina y los desperdicios esparcidos por el suelo a mitad de calle, me golpea en lo más profundo de mi corazón. Mis ojos se nublan, me cuesta subir a mi pieza, pierdo fuerzas y tambalean mis piernas. ¿Qué me pasa? El peso de los años y la búsqueda de los sueños son la misma cosa. La realidad me abraza y me abriga con la divinidad de Cavancha. Entre el dolor y el amor, experimento la metamorfosis de Baquedano y la Plaza Prat. Iquique, lindo como el sol.
Sencillo, esas montañas de desechos, nos ponen de rodillas. Estoy capturado por el heroísmo del Capitán Arturo Prat y embrujo de la Esmeralda. Más allá, no muy lejos revive la “Cantata” de los obreros pampinos de la Matanza de la Escuela Santa María. Mil veces escribo en el cielo un sentido homenaje a su justa lucha.
Después de todo consigo encontrar de nuevo el camino. Mi corazón está en el centenario Mercado, el mejor centro comercial de alimentos de la ciudad; aquí gané mis primeras moneditas para mis necesidades y estudios. En este breve sentir, van y vienen, los días y noches de nuestra emprendedora ciudad.
Nada ha sido fácil. Los nuevos tiempos son complejos. El famoso poder del Centralismo capitalista, nos quiere mantener bajo su completo dominio y hará todo de su parte para mantener su poder. Es más, en sus planes está quitarnos las franquicias de Zofri. No descansarán hasta conseguir su objetivo. Claro, no olvidemos los informes del Fondo Monetario Internacional (FMI) que ya dictó su sentencia sobre estas políticas para la Zona Franca de Iquique. Sí nos descuidamos, todo puede pasar. Iquiqueños, /as, hay que estar atentos y vigilantes.
Por último, volviendo al tema. Llega el momento de mejorar el proceso del retiro de la basura domiciliaria. Una tarea de todos: por una parte, de las autoridades municipales y por otra, de la propia comunidad.
Hay varias ideas dando vueltas. Por supuesto, entre la más importante, está el lograr un cambio cultural. No se trata solamente de sacar la basura en bolsas, sino que ésta debiera ser separada según su origen y material. Es decir, separar lo reciclaje de aquello que no lo es. Disponer de “receptáculos de diferentes colores” según el material a reciclar: botellas de vidrios, envases plásticos, y de cervezas, otro para papeles/cartones, sobras de alimentos y desperdicios. Insistiré, se trata de políticas hacia un cambio cultural, avanzando hacia mediados del siglo XXI.
Por lo se necesita de una muy buena planificación de corto plazo y mediano plazo. Una estrategia permanente y asumida en el presupuesto municipal de cada año. En cuanto a la comunidad, la piedra angular comienza con la participación de las Juntas de Vecinos. Es decir, aprovechar esta crisis que provoco el “no retiro” circunstancial de la basura para transformarla en una gran oportunidad por implementar nuevas políticas con el cuidado del medio ambiente.
A mí me consta, nuestro Alcalde, Mauricio Soria, se la juega por nuestra ciudad. Es cierto, muchas críticas se han realizado desde diversos ámbitos a su gestión. A veces se esconde un interés político detrás de estos comentarios. Lo concreto, conociéndolo, hará lo mejor posible, para evitar que episodios como los vividos se vuelvan a repetir. Todos queremos una ciudad limpia. turística, segura, comercial y productiva. Amigos, Concejales ustedes también tienen un papel que jugar en este sentido. ¡Iquique, lindo como el sol!